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Fotografía: Tom Pumford
«Sin la mujer; la poesía es pura prosa» dice un texto de Rubén Darío que acompaña a las fotografías de Eliane Cassorla, inauguradas el viernes por la noche en el Teatro de la Ciudad.
Con Darío, están las palabras de Gioconda Belli, Jaime Sabines, Goethe, Diderot, Carlos Pellicer, Violeta Parra, Eduardo Galeano, Lázaro Rodríguez, Bacon, Guillén, Agustín Lara, Alaide Foppa, Carlyle y Gutiérrez Nájera; fragmentos de textos en donde el protagonista u objeto poético es la mujer, también temática de la exposición.
La lente de Cassorla ha registrado prácticas sociales, actividades laborales, tradiciones y expresiones faciales. Desde el rostro duro e impasible de las nativas, hasta las vivaces de las mujeres citadinas y de clase media.
La exposición, representa una de las pocas oportunidades para apreciar la gráfica profesional hecha en Chiapas. Cassorla, en color o blanco y negro, presenta treinta y ocho fotografías logradas, seleccionadas de entre cuatrocientos y quinientos negativos.
Así vemos a la costurera de casa pobre, con marcados contrastes luminosos; las chiapanecas, una espalda sugerente y un cuadro que llama la atención por todo lo que implica: una novia con su traje blanco en el retrete, toma acompañada con unas líneas de Gioconda Belli: «Recorrer un cuerpo en su extensión de vela es dar la vuelta al mundo».
Fotografías resultado de un trabajo de más de quince años, según comenta Eliane: «Es un oficio bastante difícil, aparte de que hay una gran competencia a nivel nacional e internacional, lo cual no es malo porque obliga a la superación. La fotografía es una pasión como cualquier medio de expresión, si no se posee esta pasión no se consiguen buenos resultados.
—Alguna vez escuchaba una discusión en torno a los méritos del pintor y el fotógrafo por su trabajo con la luz...
—Son medios totalmente diferentes a pesar de ser gráficos. La pintura permite usar más la imaginación, interpretar las imágenes; la fotografía, aunque también lo permite, se apega a la realidad. Esto no representa una limitante, todo depende del ojo con el que se vea. En la fotografía no hay objetividad, es la percepción la que determina qué ejecutar.
La fotografía y la pintura son medios de expresión con técnicas completamente distintas. Además, la fotografía es el arte más democrático que existe en el planeta porque todos podemos hacerlo; está más al alcance que la pintura, ésta sigue siendo un poco elitista. Por ello, la fotografía no es considerada totalmente como un arte, por su carácter democrático, pero para mí si lo es.
—Hemos visto que trabajas por series...
—Sí. Trabajo por temas. Lo he hecho con Jaime Sabines, los médicos indígenas, los parachicos y ahora las mujeres chiapanecas.
—¿Cuál te ha dejado más satisfacciones?
—Todos. Cuando te emocionas con un tema no puedes preferirlo a otro. Todos por igual me han fascinado en el momento en que los he trabajado y aún después.
—¿Cuál es tu interés profesional? ¿A dónde te diriges? ¿Participas en alguna inquietud periodística?
—Debo decirte antes que estudié la técnica en Francia. Considero chiapaneca mi formación profesional, porque tengo 17 años en la entidad y han sido mis mejores años.
Es un poco difícil definir hacia dónde se dirige uno. Se siguen directrices, en mi caso, impulsos del corazón, porque creo que en las expresiones gráficas si no tienen algo de ello no tienen razón de ser.
Con Mujeres de Chiapas termino un ciclo iniciado en 1975. Ahora, busco otras formas de expresión dentro de la misma fotografía.
Estoy trabajando un proyecto sobre las manos: me interesa la gente, me apasiona vivir inmersa en ella; y, dentro de su fisonomía, las manos se me hacen lo más significativo. Como puede verse, también trato de combinar dos lenguajes: la fotografía y la poesía. Algún día serán más, aún no lo sé. En el proyecto de las manos espero poder combinar la fotografía y la pintura.
—Decías anteriormente que en la actualidad hay más competencia, pero esto no se ve reflejado en las publicaciones locales. Se persiste en presentar fotografías sin ninguna gracia, tanto en política como en cultura, que pueden generar fotografías artísticas. En los medios hay una cultura gráfica deficiente.
—Es cierto. Pero para la fotografía no hay escuela. Se puede aprender o no, pero es necesaria la chispa y se nace con ella o no. Esta es la primera limitante. En Chiapas, hay grandes fotógrafos, pero también factores que no permiten publicar. Primero no se imprime muy bien. Es como otro trabajo el reflejado. Si para hacer una nota te dan una máquina con letras faltantes y vas a hacer algo incomprensible, prefieres no hacerla.
Al fotógrafo no le interesa publicar en donde no se aprecie lo que él tomó. Otra de las limitaciones es que tampoco se paga y el fotógrafo vive de algo. No es el arte por el arte. Los artistas y gráficos no tienen alicientes para publicar.
—¿Alguna alternativa?
—No se trata de hablar bien de nadie, pero a nivel cultural estamos despegando. Hay muchas oportunidades y quien no las aprovecha ahora que existe apertura, quién sabe cuándo lo haga.
Creo que sí se está tratando de adquirir la dinámica, por ejemplo, en Tuxtla, de una capital de estado. Estamos avanzando en muchos aspectos a pasos agigantados; pero sí hay oportunidades para el que tenga la calidad para hacerlo, lo haga muy bien. Ahora, por el lado de la iniciativa privada hay un esfuerzo por hacer.
—Pedro Valtierra declaró recientemente que el fotoperiodismo ha sido marginado. Con esta falta de condiciones que señalas ¿Puede hablarse de auto marginación?
—No, para nada. Yo he publicado en medios donde ni reconocía las fotos cuando las veía. Si me hubiera auto marginado sería muy selectiva para publicar solamente en 1os grandes medios nacionales con calidad. Pero es lo mismo, a la fotografía no se le ha dado el valor que tiene. Creo que vamos a defender el bastión en donde estemos y como la fotografía es democrática —insisto— se ha desconsiderado cuando es el medio de expresión más utilizado en el mundo.
—¿El trabajo del fotógrafo profesional es más difícil en la provincia?
—A nivel económico, la fotografía es increíblemente costosa. Montar una exposición como la que hoy expongo es sumamente caro. Pero creo que, en la actualidad, hay oportunidades no sólo para los fotógrafos, sino para los pintores, poetas, etcétera, para expresarse. Ya en justo y necesario.
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