DAVID SANTIAGO TOVILLA
DIARIO POPULAR ES!
"Otras después de
Eva es un libro como muchos, sin embargo, espero que más adelante sepamos
comprenderlo porque actualmente, en México, leemos imagen, no obras"
señala Jorge Eliécer Rothschuh en la presentación de su poemario, noveno de la
colección "Creación literaria" publicado por el Instituto Chiapaneco
de Cultura, texto que "tiene como pretexto a la mujer, inmersa en un
contexto literario".
Han participado Jorge
Mandujano, Manuel Cañas Domínguez, Carlos Román García y Socorro Trejo. Se ha
señalado "el acopio de materiales", el "sacrificio del umbral
del habla interior", su carácter de "bitácora amorosa", "el
registro de las huellas que dejan las mujeres reales e imaginarias" y se
ha dado lectura a la nota de Pablo Antonio Cuadra en la que denomina a Jorge
Eliécer "el más joven prosificador de poesía en esa tradición, breve pero
rica" del prosema.
Se han leído textos del
libro que el mismo Cuadra dice "sorprende por el tejido de referencias y
lecturas que envuelve como una red tus sueños y aventuras nocturnas o
diurnas" Textos como: "Escribamos sin sol al borde de la llama:
verde es la luz y tibia la oscureza del paraíso. La palabra poseída ambiente
distanciándonos. cercándonos: negro y luna, trópico y Juego. Describimos.
Teclea el índice que la palmera ya está en la mañana, la palmera está en el
biombo y el bambuco, la palmera está en el primer día y en su nombre...”
En entrevista posterior
Jorge Eliécer amplía la idea expresada durante la ronda de oradores:
"Existen lectores como estratos sociales. Esta clasificación es
proporcionada por los medios de difusión, las universidades, los antologadores
que van dando una imagen y la promueven. Cada escritor nuevo produce su obra,
ésta tiene que encontrar lectores y cada uno de ellos debe constituirse en un
promotor, pero solemos asirnos a la imagen de los escritores.
"Leemos con miedo,
con prejuicios. Por ejemplo, Octavio Paz tiene aspectos tramposos, mal dichos,
que no gustan, pero se aceptan, más ahora que es un Premio Nobel. Así nos
quedamos con la imagen que nos venden".
Coincide con los
planteamientos de Jorge Mandujano, quien había dicho: "Las presentaciones
de libros no sólo constituyen modas, escándalos ruborizantes, sino que, en las
grandes urbes, como en la ciudad de México, por ejemplo, son ya una redituable
forma de vida. Bastaría con citar a un escritor, quien es quizá el presentador
de libros más grande del
mundo. Sí, es Carlos Monsiváis. Para el caso, los mismos editores saben de cierto
que Monsiváis es ‘’taquillero”, hecho que asegura el éxito de cada una de las presentaciones”.
Rothschuh abunda: “Eso es
totalmente cierto: un libro se asegura con un presentador como Monsiváis”.
Recuerda la entrega del Premio Literario Mazatlán: “A Monsiváis le dan dos
millones de pesos, al presentador cinco y al del espectáculo (Juan Gabriel),
que no llega, le pagarían cincuenta millones". Se pregunta "¿Entonces
los valores, las clasificaciones e imágenes dónde las ubicamos?”. Concluye
"El tiempo no define a los escritores buenos y malos, sino el encuentro
con dos o tres buenos lectores que perciban la calidad de la obra".
Reitera: "Nos acostumbramos a tenerle miedo a las imágenes, existe un
rito, un aspecto religioso en la literatura; ya no son los elefantes blancos,
son los santos intocables a quienes debemos leer en voz baja".
Jorge Mandujano también
había señalado otro aspecto de las presentaciones: realizar la presentación de
un título con los mismos comentaristas y en los mismos términos en ciudades
distintas que "ha de generar hastío".
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