DAVID SANTIAGO TOVILLA
DIARIO POPULAR ES!
PRIMERA PARTE: EL PERIQUILLO
«Leer mucho es uno de los caminos de la originalidad; uno es tanto más original y propio cuanto mejor enterado está de lo que han hecho los demás» dijo Miguel de Unamuno al reflexionar sobre su relación con los libros.
Los libros, instrumentos, objetos, mundos abiertos, archivos,
anecdotarios que a pesar de todas las predicciones pesimistas ante el avance de
los medios audiovisuales continúan su emisión y dinámica al interior de la
sociedad y en mayor medida dentro de ciertos sectores.
Libros como tesoro según Henry Miller «Los libros son una de
las pocas cosas que los hombres atesoran profundamente. Y cuanto mejor sea el
hombre, con mayor facilidad será capaz de desprenderse de los bienes que
atesora. El libro que yace inane en un anaquel es munición desperdiciada. Los
libros deben mantenerse en constante circulación como el dinero. ¡Prestad y tomad
prestado ambas cosas: libros y dinero! Pero especialmente libros, porque los libros
representan infinitamente más que el dinero. El libro no sólo es un amigo, sino
que sirve para hacernos conquistar amigos...»
Pero ¿es posible tal movilidad en la localidad? Los libreros coinciden
en que el consumidor es poco exigente: hay pocas novedades porque existe escasa
demanda; el público puede adquirir libros cuyo costo no sea mayor de 20 mil
pesos; existen autores atractivos permanentemente; no se manejan estadísticas
de libros más vendidos, sin embargo, Como agua para chocolate de Laura
Esquivel está agotado.
También Gustavo García se interrogaba en el Segundo Festival
de Escritores Chiapanecos sobre la adquisición del caudal de conocimientos y la
confrontación con otras experiencias estilísticas y estéticas de los creadores
locales que se han destacado ante la inexistencia de librerías bien surtidas y
actualizadas en cuanto a las ediciones incesantes y permanentes de las
distintas editoriales.
Una de las librerías con más trayectoria, por lo mismo con un
librero más experimentado, lector insatisfecho y accesible conversador es El
periquillo también llamado Mercado de libros, atendida por don
Arturo Ramos.
La librería se localiza a un costado de la Catedral de San
Marcos y es una de las más grande en cuanto a espacio por recorrer. Los
visitantes pueden tomar los libros, hojearlos, compararlos entre sí, reconocer
el precio que escrito con lápiz se anota en la primera página de cada título.
Un local bien distribuido en donde se exhibe principalmente
cultura general y literatura; inclusive existen anaqueles por autores, no sólo
por tema. Tal es el caso de Rosario Castellanos, Mario Benedetti, Mario Vargas
Llosa, Julio Cortázar y Pablo Neruda. A la vista también permanecen 1as colecciones de Premiá editora que ha publicado a Rilke, Verlaine, Baudelaire,
Vallejo y Kafka, entre otros.
Frente a una máquina registradora, sentado en un banquillo
elevado y un bastón al lado, don Arturo Ramos comenta: «Pocas personas están al
corriente de las novedades del medio editorial». Explica: «Existen dos factores
más que inciden para no tener los libros editados en la ciudad de México: el
primero es de carácter financiero: se requieren recursos para traerlos; después
si el libro es demasiado bueno, se agota la primera edición en la capital del
país y en las ciudades principales como Guadalajara».
Señala una realidad: «Tuxtla Gutiérrez es una de las
capitales en donde menos libros se venden". Dice recordar una cifra leída
en una de tantas publicaciones: "En el país existen 55 librerías; de ser
así no se tienen ni dos librerías por estado y éstas estarían en las ciudades
más grandes y en el Distrito Federal».
Precisa el concepto de librería: «Es un lugar donde se venden
libros, pero en la localidad existe una asociación de libreros que agrupa a 20
o 25 socios, pero ¿dónde están? Aparecen en ocasión de las llamadas ferias de
libros.
»También existen los lugares que se dicen librerías y
papelerías, pero tienen su principal actividad en la época de adquisición de libros
para el sistema escolar, sin tener como
principal objetivo el poner al alcance de la población materiales que le sirvan.
Su fuerte son los libros de texto».
Don Arturo comenta la falta de conocimiento de quienes atienden
algunos establecimientos del tipo del párrafo anterior: «Nos han contado que se
extrañan ante títulos como El mono desnudo o La mujer y el pelele,
o un diccionario farmacéutico. A veces creen que se les insulta, según relatan».
Como en todas las librerías, existen autores con clientela
permanente, cuya venta no es numerosa, pero si constante: Carlos Fuentes, Elena
Poniatowska, Octavio Paz, Carlos Monsiváis. Pero la mayoría de los autores mexicanos
no son perseguidos: «José Emilio Pacheco es un autor poco leído, casi no solicitado,
igual que Juan García Ponce» dice al mostrar un ejemplar de La noche de este
último autor. El libro no está a la venta porque no tiene demanda: es obsequio
de un agente de ventas.
SEGUNDA PARTE
El Periquillo tiene una venta aproximada de doscientos cincuenta libros al
mes, incluyendo los de agronomía, agricultura, economía, pero en un ochenta por
ciento se trata de cultura general.
Maneja editoriales como Diana, Grijalbo, Era, Editores Mexicanos
Unidos, Siglo XXI y el Fondo de Cultura Económica (FCE).
Habla de la relación con dichas empresas: «La mayoría de
ellas otorga facilidades para el librero. Quien adquirió posiciones rígidas
últimamente fue FCE que, como las demás editoriales, tiene sus altibajos, pero
ahora tiene pocos títulos y demasiado caros. Por ejemplo, El llano en llamas
de Juan Rulfo está en veintidós mil pesos, un precio elevado porque el Fondo se
creó para hacer textos baratos para el pueblo».
Un juicio: «El problema es que, en lugar de gente preparada,
capaz y conocedora designan a políticos», para él, la administración del expresidente
Miguel de la Madrid Hurtado ha encarecido los precios.
Otras editoriales son: Patria, cuyo costo promedio en sus
libros oscila entre treinta y cuarenta mil pesos; Tusquets con precio, por
ejemplar, no menor de cincuenta mil pesos; y, Joaquín Mortiz que «tiene muchos libros,
pero se venden poco a excepción de Jaime Sabines y el Nuevo recuento de
poemas, con un valor de veinte mil pesos. Los libros de Elena Garro y
Julieta Campos promovidos por esta editorial no tienen demanda».
Las novedades como De lunes todo el año, poemario de Fabio
Morábito en Joaquín Mortiz y Bye bye Tenochtitlán: digo yo nomas digo de
Armando Ramírez en Grijalbo aún no se encuentran.
El librero abunda en el tema: «Ojalá hubiera más gente
interesada. Si ahora pedimos determinados libros es porque no conviene tenerlos
amontonados, por lo mismo, no se solicitan novedades. En ocasiones las
editoriales envían el material de novedad sin aviso, pero nosotros tenemos que
invertir en la devolución».
Si bien, no todas las novedades tienen éxito, el libro de
Laura Esquivel Como agua para chocolate, publicado por Editorial Planeta
fue el más vendido. En El Periquillo no tienen en existencia, aún antes de
que la película homónima tuviera el éxito total en la obtención de los arieles
a la mejor producción mexicana.
Otro libro demandado fue El perfume de Patrick
Süskind. Como autor también sobresale Fernando Benítez. Al público tuxtleco
también le atrae la literatura esotérica, actualmente se adquieren notablemente
las obras de Conny Méndez.
El Periquillo tiene cerca de veinte años de existencia; primero, ubicado
en la avenida central, después en la 4a. poniente sur y ahora, en la 1a.
oriente sur. Don Arturo Ramos informa que a más tardar a final de afio la
librería habrá de transformarse para proporcionar un mejor servicio y
modernizarse.
TERCERA PARTE: LA CEIBA
Sobre la base de los
datos proporcionados por las principales librerías de la ciudad de México, los
libros de mayor demanda durante el año pasado fueron: Guerra en el paraíso
de Carlos Montemayor (Diana), La guerra de Galio de Héctor Aguilar Camín
(Cal y Arena), Mujeres de ojos grandes de Ángeles Mastretta (Cal y Arena),
Arráncame la vida de Ángeles Mastretta (Cal y Arena), Como agua para
chocolate de Laura Esquivel (Planeta) y El disparo de Argón de Juan
Villoro (Alfaguara Hispánica).
En la localidad, no se acostumbra
a llevar el registro de los libros con más circulación. Ninguna librería pudo
proporcionar una lista de cinco a diez títulos de literatura demandados; sin
embargo, se destaca la venta de las novedades de Laura Esquivel y Héctor
Aguilar Camín.
Roberto Mairena Rugama
atiende desde hace dos años a la librería La Ceiba, la mitad del tiempo
que tiene de existencia. Comenta el carácter variado del material disponible en
el lugar: «Manejamos lo que no tienen los demás. Por lo mismo, no trabajamos
con libros de texto».
La Ceiba
presenta la característica común en las principales librarlas de la capital:
los lectores tienen acceso a los textos. Su local es pequeño, pero resulta
atractivo por ser uno de los sitios más actualizados debido a su inscripción en
la Red Nacional de Librerías, también denominada Educal.
Mairena informa: «Aunque
existen dos librerías llamadas del Censejo y que tendrían también directamente
las publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), no
cuentan con las colecciones que nosotros estamos difundiendo. El convenio con
Educal nos permite que cualquier novedad publicada por el CNCA llegue a esta ciudad
en un tiempo de una semana a quince días».
Las primeras colecciones
de la Dirección General de Publicaciones del CNCA son “Fin de Siglo”, “Lecturas
Mexicanas” (tercera serie), “Cien de México y del mundo” y “Los Noventa”. Recientemente se
empezaron a distribuir los libros del Fondo Editorial "Tierra Adentro” que
tiene el objetivo de publicar con calidad a los jóvenes escritores de provincia.
De las colecciones mencionadas, ha tenido más éxito "Los Noventa" que
según la especificación de la editorial «pone al alcance de los lectores una colección
con les más variados temas de las ciencias sociales». Mediante la publicación
de un libro semanal, serie que «proporciona un amplio espectro del pensamiento
crítico de nuestro tiempo».
En dicha serie, puede
mencionarse el libro de Néstor García Canclini: Culturas híbridas.
Estrategias para entrar y salir de la modernidad como uno de los más
requeridos. "Los Noventa" ha publicado también a Guillermo Bonfil,
Pierre Bourdieu, Jean Piaget, Edmundo O ‘Gorman y Theodore Roszak; libros con
un precio de quince mil pesos por ejemplar, con papel bond de primera e inclusive,
ilustraciones en papel cuché en algunos casos. La tercera serie de “Lecturas
Mexicanas” ha tenido poca demanda en La Ceiba: un libro por semana en
promedio.
En los últimos días, el Grupo
Editorial 7, de reciente creación, ha colocado sus títulos entre los preferidos
por los consumidores tuxtlecos. Roberto Mairena atribuye esto al hecho de que «son
libros presentados en la ciudad y escritos por chiapanecos». Con este grupo han
publicado: Marco Aurelio Carballo, Crónica de novela, presentada efectivamente
la semana pasada en una institución del nivel medio superior; Óscar Wong con
Entre musas y adanes, fue el titulo nuevo. Dentro de los autores están también
Mempo Giardinelli y Rafael Ramírez Heredia.
Sin contar con un listado
especifico, como se decía, Mairena Rugama recuerda tres artículos de gran
demanda: Los grillos y otras grillas, Mujeres de ojos grandes y Como
agua para chocolate, de este último, la librería recibía de cinco a diez
ejemplares semanalmente y se terminaban aún antes de la filmación de la
película dirigida por Alfonso Arau. En la actualidad está agotada en el mercado
nacional.
En La Ceiba acostumbran
a promocionar editoriales. Colocan por determinado tiempo los libros de Diana,
Planeta, Siglo XXI, etcétera, en la mesa principal a la entrada del negocio.
Regularmente vendiéndose un buen porcentaje de materiales considerados de
autoayuda y superación personal, también buscados por el público.
El responsable de la
libraría comenta el precio accesible para la adquisición de libros costosos: «Por
lo regular la gente busca libros que cuesten entre diez y veinte o veinticinco
mil pesos; después de esa cantidad ya se la hace caro. Nosotros nos limitamos
para hacer pedidos de libros costosos porque no existen suficientes lectores
para ellos.
»El material es muy escogido,
la gente no hace compras muy grandes y a veces la única forma para que puedan
adquirir determinados títulos es a crédito, facilidad que la libraría da a
personas muy conocidas».
Ello explica la ausencia
de títulos tan exitosos en el centro del país como Erótica, la otra orilla
del deseo de Andrés de Luna y La casa de citas en el barrio galante
de Ava Vargas, ambas novedades de Editorial Grijalbo y cuyo precio es
superior a los cien mil pesos.
La Ceiba
ocupa el número 361 de la segunda calle oriente sur de esta capital.
CUARTA PARTE: FORO
CULTURAL UNIVERSITARIO Y OTRAS
Otra céntrica librería
forma parte del Foro Cultural Universitario (FCU), ubicado bajo del Edificio
Maciel y que pasó de librería a un espacio en donde, además, se cuenta con
cafetería y sala de exposiciones.
«No hay público lector de
novedades literarias. Se da poco seguimiento a la labor de las editoriales» dice
Roberto Mancilla, coordinador del Foro. Recuerda que, en el caso de La
guerra de Galio de Aguilar Camín, cuando estuvo de moda en agosto de 1991, vendió
diez ejemplares en menos de quince días. Después que ha pasado de moda tiene tres
ejemplares sin venderse desde hace tiempo. Reitera: «No hay más de diez
lectores de novedades».
La Librería del FCU,
dice «no es un negocio, es una unidad de servicio", lo cual le ubica
en una situación de privilegio», pero no es aprovechada para competir en forma desleal con
las librerías de la localidad. La bibliografía es poca, pero a un precio menor
que en otros sitios; en ella se incluye a las obras de venta permanente como La
noche de
Tlatelolco y
Hasta no verte Jesús mío de Elena Poniatowska, así como De amor y de
sombra y Cuentos de Eva Luna de Isabel Allende.
La Librería del FCU
es la única que tiene una promoción permanente con editoriales de calidad y
autores destacados. Sostienen a un precio de 8 mil pesos por ejemplar la colección
“literatura” y “el ave fénix”
de Plaza & Janes, con escritores como Camilo José Cela, Monserrat Roig, Scott
Fitzgerald, Herman Hess, Robert Graves, Jorge Edwards, Miguel Ángel Asturias,
William Faulkner, Anaís Nin, Günter Grass y Alberto Moravia.
Igualmente, ofrece a
cinco mil pesos libros de Bruguera Amigos con obras de Honoré de Balzac, Arturo
Uslar Pietri, Juan Carlos Onetti y Juan Goytisolo entre otros. Además de la
colección “literatura contemporánea” de la editorial Seix Barral a ocho mil pesos.
Mancilla abunda: «la
gente acude a comprar libros baratos. Los muchachos de las escuelas preparatorias
preguntan por libros baratos y con pocas hojas porque les han encargado una
obra. Lo cual indica que los maestros, quienes podrían imbuir la buena literatura
no lo hacen: están cumpliendo un requisito solamente».
El FCU también tiene la
facilidad de promocionarse a través del boletín Dos Hojas de
distribución gratuita, en donde semanalmente se recoge una pequeña reseña de
dos o tres libros, precios y frases de estos; los discos compactos y acetatos o
audiocasetes que ahí se expenden; además de las actividades culturales que se
programan.
El elevado costo de los
libros, tendencia del mercado en general, también es perceptible en el FCU.
Desde hace dos meses se oferta la Obra completa de Franz Kafka, en
cuatro tomos, a noventa y cinco mil pesos: de los tres juegos existentes, ninguno
se ha vendido. Lo mismo sucede con Lacandonia, el último refugio editado
por la Universidad Nacional Autónoma de México, valuado en doscientos mil
pesos. El otro recuento de poemas de Jaime Sabines, edición lujosa de
Joaquín Mortiz, al precio de ochenta y cinco mil pesos, se han adquirido dos
ejemplares de cinco enviados.
Interrogado sobre el
criterio para las novedades que el FCU exhibe, Mancilla dice que ha prevalecido
su gusto como lector, el cual confiesa «no es el de la mayoría de los lectores».
Pero indica que las próximas novedades «se promocionarán de acuerdo con la exigencia
del mercado, tomando en cuenta la experiencia de otras librerías».
El coordinador del Foro
Cultural Universitario indica que la venta de libros en ese lugar alcanza los
doscientos cincuenta al mes teniendo un ingreso diario de un millón a un millón
doscientos cincuenta mil pesos en total es decir incluyendo la venta de títulos
de cultura general y libros de texto universitario que ocupan un espacio
considerable de dicho centro.
Mancilla comenta en
relación con la situación de las librerías tuxtlecas: «La asociación de
libreros de la ciudad debe asumir la necesidad de concientizar a la población,
en especial a los jóvenes para tener una cultural del lector; esto puede
lograrse en las escuelas de educación básica promoviendo conferencias, obras
teatrales, programas de radio.
»Por otra parte, las
personas que atienden los establecimientos no solamente deberían estar
capacitadas sino amar a las letras en general; hecho que no sucede en el medio,
a excepción de don Arturo Ramos, que no sólo por ser un librero viejo conoce de
los movimientos literarios en el mundo y los productos que él ofrece».
Otro centro de
importancia es Magno Librerías, ubicada en la avenida central, al lado
poniente de esta capital. Magno también maneja, dentro de sus materiales
literarios atractivos, las colecciones “La red de Jonás” y “La nave de los
locos” de Premiá Editora tiene a disposición también la colección de obras
llamadas "Clásicas" de la literatura grecolatina, así como otras
obras notables que Editores Mexicanos Unidos ha editado a precios populares. Se
encuentran libros publicados hace tiempo, por la Universidad Autónoma de Puebla
como El viejo vals de casa (textos de periodismo musical) de Víctor
Roura. Tiene los principales títulos de las editoriales mexicanas destacadas.
La imposibilidad para la
coincidencia de los horarios con el del gerente general de Magno impidieron
obtener mayores detalles de dicho lugar, el cual presenta una pequeña limitante
para el público consumidor: si bien se pueden tomar los libros para conocer su
interior, no tienen el costo correspondiente, de manera que debe preguntarse el
precio cada volumen, buscado en una computadora visible tras el mostrador de la
entrada. Cabe destacar que es la única librería con este sistema de control.
Quienes requieren de
material literario también suelen visitar El escritorio moderno, en cuya
sección de librería se manejan libros de texto principalmente pero es un sitio
en donde con el noventa por ciento de seguridad pueden encontrarse los libros
de la colección “Sepan cuantos” de la editorial Porrúa, la cual se integra por
más de 600 títulos con las obras de la literatura universal en todas sus
vertientes: tanto a Homero, Eurípides y Aristófanes como a Aristóteles y
Séneca; e infinidad de pensadores: Altamirano, Bacon, Balzac, Verne. Wilde,
Montesquieu, Pérez Galdós o Nietzsche.
Algo similar al caso
anterior, ocurrió con El escritorio, por lo que no pudo conocerse la
ausencia de novedades en el lugar, aunque no hace más de un mes se exhibía La
disolvencia del cine mexicano (entre lo popular y lo exquisito) de Jorge Ayala
Blanco, publicado por Editorial Grijalbo. En ese momento era la única librería que
lo tenía y, con seguridad, fue retirado por su elevado costo. Aquí, el público
no tiene acceso a los textos: deben solicitarse a los dependientes.
Si bien las librerías llegan a tener materiales comunes, también tienen títulos existentes solo en alguna de ellas, representando una novedad en ese sentido. Con las limitaciones señaladas en cada caso las librerías se sostienen emitiendo datos, fantasías, propuestas estéticas, políticas o filosóficas, regularmente de manera imperceptible en una ciudad en donde tampoco existan expendios de libros usados, pero en buenas condiciones.
*Publicado del 20 al 23 de mayo de 1992.
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