Alejandro Molinari: por una reflexión lúdica del lenguaje

DAVID SANTIAGO TOVILLA

DIARIO POPULAR ES!

"Quiero hacer una reflexión lúdica acerca del lenguaje. Es parte de un proyecto, a largo plazo, que analiza la evolución del español como medio de comunicación", comenta Alejandro Molinari Torres.

Explica parte de su proyecto literario: "No puedo responder en forma categórica a la pregunta ¿a dónde se dirigirá el lenguaje? Es una respuesta lúdica. Son juegos, por ahora, en etapa inicial. Es un proyecto que probablemente me lleve toda la vida, aunque deba cortarlo en algún momento para dar muestras de él. A medida que avanzo en el análisis del idioma, encuentro ciertos indicios para este trabajo. No es un ensayo, tampoco un análisis: son cuentos, y en esa medida tiene elementos imaginativos".

Para ello tomó decisiones, dentro de la que se encuentra el cambio de residencia. Trasladarse de su natal Comitán a Tuxtla Gutiérrez, donde existen mejores condiciones para el desarrollo de su trabajo. Sobre todo, cuando la actividad literaria es un asunto prioritario: "La literatura es fundamental para mí. Desde muy pequeño me gustó el acto de creación. Es un proceso vital que, en mi caso, me ha determinado. En la actualidad, gran parte de mi vida gira en tomo a la literatura, de una u otra manera: leyendo y escribiendo. 

Por ello, tomo decisiones que rompen un poco los esquemas cotidianos de mi existencia. Dejo Comitán. Vengo a Tuxtla. Me inscribo en la Universidad en la carrera de Lengua y Literatura hispanoamericana. Mi pretensión, al hacer este proyecto es muy amplio. Quiero hacer una nueva propuesta a la literatura. Por eso decía que no creo pueda concluir en unos cuantos años. Tengo que apropiarme de los conocimientos que me permitan construir un planteamiento serio, aun cuando sea imaginaria y lúdica. Incluso, tratar de acceder a nuevas maneras de expresión literaria. Considero decisiva a la literatura. No creo poder vivir sin ella."

Este objetivo condiciona sus lecturas: “Sigo dos senderos: el primero, lecturas casi obligatorias de la Universidad, mismas que tienen un resultado enriquecedor. El segundo, es el proyecto. Con asesoría de los coordinadores del Centro Chiapaneco de Escritores (CECHE), inicié la lectura de Joyce (James): Ulises; con él me llevaré un buen tiempo. Es complejo. Creo que este autor también tuvo la intención de abarcar todo lo posible. Guardando las debidas proporciones esa es mi pretensión".

El CECHE, en esa medida, le ha proporcionado ya resultados: "El Centro, tiene la misma importancia. Las últimas decisiones que he tomado han sido derivadas del trabajo que se hace allí. El año pasado participé en el concurso para becarios. Tuve la suerte de obtener una de las becas y trabajar con ellos. En el CECHE tenemos sesiones de taller, salidas de campo y seminarios. 

Si pudiera jerarquizarlo diría que los seminarios han incidido en mi proceso literario y personal. He tenido gratas experiencias. No porque me hayan renovado la beca, pero debo decir que el Centro Chiapaneco de Escritores ha sido una de las grandes aportaciones para quienes pretendemos escribir. Ojalá los escritores podamos refrendar con nuestro trabajo este sacrificio que hace el gobierno y el pueblo de Chiapas".

El año pasado, Molinari no sólo ganó el certamen de las becas del CECHE, también resultó triunfador en el concurso de cuento "Armando Duvalier", convocado por el Ayuntamiento de Tuxtla Gutiérrez: "Participé con un texto titulado Rezo. Se aparta un poco de lo que actualmente escribo. Es un texto costumbrista que tuvo la fortuna de ser visto con buenos ojos por el jurado, y le otorgaron el primer lugar".

Alejandro tiene otra afición. Quienes no le conocen por la escritura lo conocen por la gráfica "que al igual con la literatura me llena mucho". Ha participado con cartones en algunos diarios de la localidad y con viñetas más elaboradas en las revistas Papel de China, El Shuti y Sinapsis. De esta última opina: "He colaborado porque quienes hacen la revista han sido muy amables conmigo. Ello implica tener una presencia y mostrar a la gente un trabajo para que lo evalúe. A ello se suma el hecho de que Sinapsis es un excelente intento de hacer una revista diferente en Chiapas. 

Normalmente se comenta que la provincia está rezagada con relación al centro de la república mexicana. Sinapsis viene a dar un mentís absoluto a ese criterio que, de una u otra manera, se está eliminando. Es una revista de novedosa propuesta; inicialmente, levantó ámpulas, criterios dispares, lo cual es importante. Rompió con cartabones establecidos y cimbró un poco a la sociedad. Sinapsis, al igual que otras revistas de la entidad, presenta un nuevo espíritu de lo que puede hacerse en este lugar".

La dinámica que ha emprendido le ha permitido conocer y relacionarse con las generaciones que ahora sobresalen en la literatura chiapaneca. Opina: "se da un momento importante. Existe un grupo de jóvenes que están encontrando ciertos canales y modos de expresión. Hasta hace poco esto no era posible. Mucha gente escribe y se lo guarda. En este momento hay muchas oportunidades para poder difundir la creación literaria. En ese sentido podemos mencionar las ediciones del Instituto Chiapaneco de Cultura. Esa institución pública tiene una gran cantidad de libros que no tiene paragón en la historia de Chiapas. 

Ahora bien, ¿de qué tanta calidad son esas publicaciones? Es algo que en lo inmediato podemos juzgar. Será el tiempo quien decidirá qué escritores chiapanecos van a continuar la tradición literaria de los grandes poetas y narradores de la entidad. Lo importante en la actualidad es dar oportunidades quienes tengan interés en producir, con pluralidad. 

Se han constituido espacios como los talleres de Osear Oliva y Rafael Ramírez Heredia, las presentaciones de libros, conferencias y otros. Ojalá que esto no sea un mero producto sexenal. Qué bueno que tuviera continuidad y se superara el trabajo que se está haciendo. Es necesario destinarle recursos a aquello que no reluce pero que en última instancia es lo que hablará por los chiapanecos el día de mañana".