“Agosto” de Rubem Fonseca

DAVID SANTIAGO TOVILLA

DIARIO POPULAR ES!

Brasil siempre es noticia. Lo fue hace meses al deponer a Femando Collor de Mello y recientemente con el asesinato de niños de la calle. Lo ha sido por las oscilaciones en los mandos políticos que no han afectado sus estructuras. 

Décadas transcurren sin modificaciones sustanciales. Los apellidos se repiten, porque los políticos se limitan a realizar enroques algo de la historia del Brasil es recreada por el más importante escritor brasileño vivo: Rubem Fonseca, en la última novedad que hace circular la editorial Cal y Arena: Agosto.

Una novela donde los hechos remiten a 1945, pero establecen a la vez, los vicios y prácticas constantes en los círculos de poder. Impunidad, caprichos personales que derivan en asesinatos injustificados, traiciones, ejercicio hipócrita de la sexualidad, acuerdos económicos amañados. Englobado en un concepto resonante: corrupción.

El Brasil de Getulio Vargas que no ha cambiado. Zona Abierta de El Financiero decía apenas el viernes pasado en un extraordinario ensayo de Walter Little: "Brasil ofrece también un buen ejemplo de cómo los individuos cercanos al poder pueden hacer provechosas carreras sirviendo como intermediarios entre el gobierno y la iniciativa privada. 

Paulo César Farías fue un estrecho colaborador de Collor, se desempeñó como tesorero durante su campaña. Desde que Collor llegó al poder, se ha visto ligado a una serie de manejos supuestamente corruptos". Tal personaje, verídico, aparece en esos justos términos en la novela de Rubem Fonseca.

En Agosto es Gregorio Fortunato, el Ángel Negro, jefe de la guardia personal del presidente quien se encarga de los negocios: la concesión y permiso de exportación para una empresa cuyo presidente del consejo de administración es asesinado en complicidad de la esposa y su amante. 

Transacción económica que permite la obtención de recursos para el Ángel Negro para mandar a asesinar a un opositor derechista, periodista de profesión: Carlos Lacerda. Intento fallido que bien sirve a Fonseca para aludir el importante papel de los medios de difusión para inclinar a la opinión pública hacia una opción o preferencia política: Algo "de tanto repetirse se vuelve una verdad". 

La prensa, pero igual los militares, y en especial, en Brasil donde han estado adueñados del control del país no por breve tiempo. Protagonistas capaces de tensar al máximo las polaridades que llevarán al suicidio de Vargas.

En ese cuadro no encajan hombres o actitudes honestas. Quien así lo hace está irremediablemente condenado a muerte. Por eso la novela se convierte en una tragedia. Vargas se suicida, el Ángel Negro es encarcelado. Alberto Manos, policía ejemplar es asesinado; ha descubierto al plan, y a los autores intelectual y material del empresario mencionado antes. 

Este personaje, confeccionado por Rubem Fonseca es el más humano. Parco y preciso al hablar. Clara actitud ética. Confrontado con las prácticas vengativas y establecidas tradicionalmente por las corporaciones policíacas. Lacerado por el dolor de úlcera, el ardor estomacal (con visos metafóricos), y el amor a dos mujeres:

“Las dos mujeres permanecían de pie en la sala mirando hacia paredes opuestas.

“Sebastiana, respetuosamente:

“- ¿Usted tiene madre, hija mía?

“- Mi madre murió.

“- Pobrecita. ¿De qué?

“- Cáncer.

“- Es una enfermedad muy mala.

“- No vamos a hablar de cosas tristes, mamá.

“- Sólo quería romper el silencio.

“- ¿Él va a queremos de novias a las dos? -preguntó Salete.

“- Eso es imposible -dijo Alice.

“- El padre de Sale te tenía diez al mismo tiempo.

“- Tener diez no es tan complicado como dos -dijo Alice.

“- Él era una mariposa. Decía que las mujeres eran flores”.

Aparte de ese lenguaje que reproduce la bondad de sus personajes de pueblo, o la arrogancia de los poderosos, en Agosto puede observarse el manejo de elementos como constantes -quien sabe si en toda la obra de Fonseca o sólo en la novela- recursos literarios; el más evidente es el espejo. 

Salete, amante de alguien de la iniciativa privada y novia de Mattos es en tanto su rostro y cuerpo ante el espejo. En ocasiones deprimida, otra optimista. Salete, quien es asesinada con el investigador.

Agosto se sitúa en Brasil. Pero en muchos pasajes la noción de país se pierde, al compartir en el continente muchas de esas prácticas basadas sobre la gran columna de la corrupción. Allá, acá y en todas partes. Es motivador leer a Fonseca en el marco de una sucesión y unos comicios presidenciales.

FONSECA, Rubem. Agosto, Ed. Cal y Arena, México, 1993. 380 p.