DAVID TOVILLA
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Esta entrevista con la crÃtica de arte Raquel Tibol se realizó cuando visitó Chiapas para presentar los libros Hermenegildo Bustos. Pintor de pueblo y 13 x 10, La escritura (fotógrafos mexicanos), a instancias de la Universidad Autónoma de Chiapas en coordinación con la Dirección General de Publicaciones del CNCA.
—¿Qué generación es la destacada actualmente, en la plástica?
—Hay gente menor de 30 años que ya ocupa un lugar destacado. Es el caso de Néstor Quiñones, con mucho talento y manejo de técnicas novedosas, referidas a la angustia existencial, a cierto pensamiento mÃstico: “¿Qué somos y dónde estamos?". No es pintura bidimensional; a veces cajas, en otras arte objeto o pintura con agregados, dentro del calificado arte posmoderno. Está muy ubicado en esa corriente por la técnica y el pensamiento filosófico trascendente.
Ese es un ejemplo. Si tomamos en cuenta a la generación que entró en la juventud madura, estarÃa Dulce MarÃa Núñez, originaria del Distrito Federal pero residente en Guanajuato. Es una mujer de enorme talento, dentro de los llamados neomexicanistas. Hace una pintura muy crÃtica. Toma desde retratos familiares hasta Ãdolos populares: Pedro Infante, luchadores, Tláloc, la Guadalupana, Quetzalcóatl. Todo entra en un jarrito si sabe acomodar. Núñez expresa una visión muy crÃtica del México del presente. Es una persona con éxito en el mercado artÃstico.
Un artista joven, con cerca de cuarenta años y quien ha logrado la mayor proyección internacional es Julio Galán. PodrÃamos seguir con los ejemplos, pero es mejor sacar una conclusión inmediata. Los espacios vaciados por la desaparición de los grandes maestros han sido ocupados. Toledo (Francisco) ocupó el lugar de Tamayo (Rufino). Aparte de eso, los artistas jóvenes han abierto espacios no dados antes en el arte mexicano.
—Son personas que destacan sin residir en el Distrito Federal…
—Si. Otro talento es Sergio Hernández, quien vive en Oaxaca. Un artista con presencia importante.
La descentralización se ha dado en los últimos años. En muchos estados de la república hay gente que se desarrolla plenamente fuera del D.F. Monterrey, en ese sentido, es una verdadera potencia. Por ejemplo, en cerámica artÃstica destacan: Gustavo Pérez con un taller en las afueras de Jalapa; Gerardo Azcúnaga, quien trabaja en Monterrey al igual que Miriam Medrez. De modo que hay una auténtica descentralización. Hay importantes artistas, sin decir nombres, en Mazatlán. Jalapa es un centro artÃstico, aunque decayó. Antes era la alternativa —después del D.F.— para búsquedas, posiciones experimentales. Ha perdido esa posición no precisamente por culpa de los artistas: el gobierno de AgustÃn Acosta Lagunes recortó el presupuesto para talleres. Un recorte mezquino porque agrede y coarta el desarrollo de movimientos en la provincia.
En este momento los polos más sobresalientes son Monterrey y Oaxaca. En este último, la presencia de Toledo ha proporcionado energÃa de muy alto nivel. Ha abierto dos museos, elevado la preocupación por la calidad artÃstica. Hay coleccionistas de Monterrey que van a comprar a Oaxaca.
—Señaló el caso de un presupuesto estatal: Veracruz. ¿Cómo considerarÃa la participación del gobierno federal?
—Hay dos instancias el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA), una decide qué hacer y la otra los recursos financieros. Con ellas se ha creado un ambiente distinto al que habÃa anteriormente. Era saludable para nuestro paÃs tener salones: el Nacional de Pintura, la Trienal de Escultura, la Bienal de Gráfica, la Bienal de fotografÃa, de Espacios Alternativos. Todo desapareció. Llegó el CNCA y se cerraron los salones. Únicamente sobrevive el Salón de Gráfica en Miniatura del Museo de la Estampa y el Salón de Aguascalientes del Encuentro Nacional de Arte Joven. La falta de espacios de confrontación es negativa. Las becas y otras iniciativas del CNCA pudieron hacerse sin cerrar los salones. No son excluyentes: una en lugar de la otra. Debió hacerse un plus para la expansión de la actividad artÃstica. Con esto ha cambiado completamente la vivencia de los grupos artÃsticos.
Otro detalle, ahora que hablamos de la provincia. Se han cerrado las galerÃas donde se exponÃa el arte de las regiones. Fue una enorme conquista saber que existÃa una GalerÃa José Guadalupe Posada que daba permanente presencia a la producción de provincia en el DF. En la actualidad si se quiere conocer al arte producido en estos lugares no se sabe a dónde acudir. Son males serios que se han cometido en contra de la comunidad artÃstica nacional.
—A falta de promoción en el centro, se suma el escaso mercado del arte en las entidades federativas...
—Hay pocos sitios en donde existen coleccionistas. El caso de Monterrey es único en la historia de México. En estos momentos, Puebla tiene un importante Museo Amparo. ¿Qué serÃa lo nuevo? El más antiguo museo privado de este siglo apenas está cumpliendo quince años y es el de Monterrey. Allà hay dos museos: uno de total capital privado y el otro con la mitad de capital estatal, pero en la realidad controlado por la iniciativa privada: El Museo de Arte Contemporáneo. A ellos se suma este que menciono de Puebla. Tres museos de gran categorÃa que no dependen de los presupuestos oficiales.
No puede dejar de mencionarse el Centro Cultural de Arte Contemporáneo de Televisa, en la ciudad de México, que funciona y atrae al público de manera impresionante. Este espacio ha logrado incorporar a la atención por la cultura visual a sectores que antes no lo hacÃan. Es un público heterogéneo como lo es el de la televisión el que asiste a ver a DalÃ, Chagall. El Greco o el arte experimental de vanguardia.
—Ya que menciona a la vanguardia, mencionaba dos corrientes: el postmodernismo y el neomexicanismo. ¿Qué otras sobresalen?
—Las instalaciones tiene una presencia nada despreciable. Hay alguien de gran importancia: Felipe Ehrenberg, a quien se le llama a Estados Unidos y Canadá a hacer instalaciones y dar cursos sobre arte conceptual.
Otro gran interés de las nuevas generaciones y en años recientes ha sido la neográfica. En México hemos aglutinado en este concepto a todo aquello posterior a la serigrafÃa: fotocopia, fax, toda la estampación no hecha por métodos tradicionales. Los nuevos artistas usan no sólo la fotocopiadora casera. Un grupo concertó con la empresa Cannon y editan obras monumentales a partir de patrones pequeños en papel fotográfico. Si es o no lo mejor es secundario. Lo importante es la búsqueda de nuevas propuestas.
—Usted publicó un libro sobre Frida Kahlo antes de la llamada fridomanÃa ¿Qué piensa de este fenómeno?
—La fridomania es un fenómeno sociocultural a nivel mundial: de Estados Unidos a Japón y de Alemania a Australia. Frida es una personalidad que ha permeado la cultura de los ochenta a nivel mundial. ¿A qué se debe? En ellas se resumen muchos aspectos. En primer lugar, lo original de su personalidad es fácilmente convertible en mito. Por otro, reúne la bisexualidad con la homosexualidad, la necesidad de la droga, etcétera. Al mito se relaciona con el personaje doliente. A ello se liga una figura con energÃa religiosa, mas el feminismo y el arte que aguanta todas las agresiones de suposiciones. Los cuadros de Frida seguirán siendo buenos cuando pase la fridomanÃa. Son muchos los factores los que hacen que los pueblos de temperamento tan diferente vean la figura de Frida como algo especial.
—Hace poco, Reynado Velázquezpresentó sus esculturas recientes. ¿Qué piensa del trabajo de este chiapaneco? ¿Cuál es la situación de la escultura?
—Felizmente para el arte mexicano ha surgido talladores notables en las recientes generaciones después de Germán Cueto e Ignacio Asúnsolo. Hay nuevos escultores en el realismo, el expresionismo y el geometrismo. Entre ellos se encuentra Reynado Velázquez, su gran capacidad para tallar en madera el cuerpo humano ha llamado mucho la atención del medio artÃstico de la ciudad de México. Otro serÃa Germán Venegas, uno de los mejores artistas del momento y aún no llega a los cuarenta años. O bien Jesús Mayagoitia. De modo que la escultura, en distintas vertientes, está muy bien servida.
—Para terminar, usted fue de quienes se pronunció por la conservación del recinto para el Museo Nacional de Arte (MUNAL)
—SÃ. Resultaba irracional pensar que se pudiera instalar la Cámara de Senadores en el ex palacio de comunicaciones. No hay espacios para su funcionamiento. Para ello tendrÃan que derribar varias paredes y ello representa una agresión a un edificio de valor histórico. Además, costo mucho dinero, pero sobre todo esfuerzos de investigación, acumulación y organización crear el MUNAL, que tiene doce años de existencia. Este ha ido madurando. Cada vez haciendo exposiciones de gran empuje. Yo misma monté, en 1985, una gran exposición escultórica con doscientas obras de José Asúnsolo, de manera concertada. Fuero los periodistas, en realidad, quienes estimularon la protesta. Nos bombardearon con entrevistas. Todos nos lanzamos en contra de la posible muda de la Cámara de Senadores al Museo. Fue tal el eco que el gobierno dio marcha atrás, porque el proyecto ya existÃa como lo dio a conocer un comunicado de la presidencia de la República.
Era un ridÃculo tras otro. Se habÃa dicho que se pondrÃan galerÃas en el Palacio Nacional, algo también imposible. Las áreas museables ya están ocupadas; dentro, está el Museo Juárez; en un costado, está el de Culturas Universales. Sólo que sacaran a la Presidencia. Aunque tiene más actividades en Los pinos serÃa otro inmenso absurdo. El Palacio es un sÃmbolo de identidad del Estado mexicano: ¿Convertir al Estado mexicano en museo? Ojalá los senadores se llamen a recato y construyan un edificio adecuado a sus necesidades.
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