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Con sus veintidós años, Manuel Cunjamá expresa seguro: «La sociedad debe responderle a los artistas. Motivarlos. Debe haber una modificación en los hábitos sociales. En la actualidad, no está acostumbrada a adquirir arte, a consumir la producción de los artistas. Falta información, instrucción. La sociedad debe reclamar más el arte. Aunque no sólo es culpa de ella, históricamente tienen responsabilidad quienes deben difundir la cultura y las artes y no lo han hecho como debieran».
Su respuesta que señala uno de los problemas para los
artistas plásticos de la entidad, coincide con la instalación de la ExpoVenta
93, en el Foro Cultural Universitario, hecha el día de ayer por la noche.
Cunjamá continúa: «Ese ha sido el problema. La situación
en otros estados es diferente. En Chiapas, vivimos como en otro país. Oaxaca,
por ejemplo, tiene mucho movimiento: galería, obras que contribuyen a
relacionar a la sociedad con el arte. Aquí no hay nada de eso, pero no es de
ahora: es una enfermedad de hace tiempo. No ha habido el apoyo suficiente».
—En los últimos dos años no ha dejado de
existir la posibilidad de visitar alguna exposición. ¿Esto no contribuye?
—Sí, de alguna manera. No se puede desdeñar. Pero a mi
juicio aún es el esfuerzo de un grupo de personas. Mientras lo siga siendo no
logrará gran trascendencia. Necesita otros impulsos. Repito, es un esfuerzo
aceptable, pero insuficiente.
Manuel pertenece a un grupo de jóvenes chiapanecos que
se han propuesto hacer un trabajo profesional. El resultado, en su caso, es
expuesto en el Congreso del Estado bajo el título Dispersiones: «Fueron trabajos
de este año, de marzo a la fecha. Los temas son personajes y desnudos. Algo que
nació inconscientemente. Pinté, después me di cuenta de que ya tenía los
cuadros para una exposición».
—¿Qué hay antes de Dispersiones?
—En un principio fue impresionista. Hice bodegones y
paisajes. Tiempo en que tuvo la influencia de Van Gogh. Quité elementos y
comencé a introducir otros hasta llegar al cubismo.
—¿De dónde la identificación, el detenerte
en este estilo?
—Siento que el tipo de trabajo, de líneas va con mi
forma de ser. Cuando algo es desarrollado con naturalidad se facilita por eso
decidí incursionar en el cubismo. Esto no quiere decir que allí me quedé. Más
adelante puede haber otros cambios.
—¿A qué te refieres con la concordancia
entre líneas y personalidad?
—Manejo líneas muy rectas, ángulos muy pronunciados y
la geometría. Esto tiene que ver con mi modo de ser.
—¿Es vigente la propuesta cubista?
—Sí, aunque los conceptos son distintos. Cambian de
acuerdo con las generaciones. Pero todavía se pueden extraer elementos. El
cubismo fue desarrollado por los pintores europeos con características muy
suyas. Nosotros podemos añadir aspectos de nuestra cultura y producir algo que
no caerá en lo mismo, pero sí distinto y propositivo.
—¿Cómo se da la preocupación por este
conocimiento?
—Es parte de una preocupación mía y parte de la
influencia de mis maestros; principalmente de Manuel Velázquez. Cuando estaba
de impresionista recibí sugerencias porque me sentía inconforme con eso. Estudié
a otras corrientes y encontré la afinidad con la corriente cubista. Así
desarrollé nuevas líneas y nuevos temas.
—¿Es el estudio fundamental para el
trabajo serio en la plástica?
—Es básico. Un artista no debe sólo basarse en la
pintura, necesita concentrar información de otras ramas, de lo que sucede
alrededor de él; estudiar poesía, filosofía, observar los detalles y cambios
que suceden para interpretarlos y añadirlos a su temática.
—Parece dejaste de pintar un tiempo...
—Últimamente he tenido problemas de tiempo. Antes,
dedicaba cuatro horas diarias, ahora sólo dos. Por la noche, estudio.
Generalmente hago bocetos para no perder las ideas que con posterioridad
registraré en óleo o serigrafía.
—¿Que ha representado para ti la pintura?
—Es una aventura y un reto. Necesito estudiar aún más
para que mi trabajo interese. En mis aspiraciones tiene un lugar preponderante.
—¿Qué quieres lograr?
—Estoy en una búsqueda. Me preocupa la belleza, las
formas y las líneas, aunque me estoy inclinando por el concepto del color.
Quiero renovar los que uso.
—¿Qué piensas de considerarte como uno de
los protagonistas de una generación que está sobresaliendo?
—Me siento contento y aumenta mi responsabilidad.
Existe un pequeño movimiento, todavía no es muy palpable, pero si se continúa
con ese trabajo puede dar resultado a largo plazo. Hay, efectivamente, un
resurgimiento de las artes plásticas. Aunque no es fuerte, si es importante.
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