DAVID SANTIAGO TOVILLA
Ayer fue uno de esos días aciagos. Más conmoción a la ya existente. Uno de los duelos más sentidos. El fallecimiento de Joaquín Vásquez Aguilar, el poeta que si lo supo ser en su tierra.
Lamentación es general. Es de esas huellas que
perduran. La noticia es de las que causan silencio en segundos. Se extiende
pronto.
Marirrós Bonifaz balbucea: «Me da mucho dolor. Le
tenía mucho aprecio. Es un hombre con quien me sentía hermana. Lo siento mucho».
José Martínez Torres: «Siempre dije que era uno de los poetas más importantes del estado. Había logrado conseguir una dificilísima mezcla de lenguaje oral y literario. Procedente de Samuel Beckett y la vanguardia europea del período entreguerras. Esa afortunada mezcla entre la oralidad de la gente del pueblo chiapaneco —en particular de la costa— hacía la suya una poesía viva y moderna. Su último libro, Erguido a penas, es una de las mejores muestras de la poesía chiapaneca de todos los tiempos. Como persona era un amigo leal, de confianza; desafortunadamente, como todos, tenía sus debilidades. Siento su muerte en el alma».
También el poeta Juan Bañuelos: «Es muy doloroso. Algo
profundo, fraternal. Aparte de eso, la valoración como uno de los poetas más
importantes de Chiapas. Un poeta marginado y que se auto marginó. Era de los
más auténticos en la generación
posterior a la de nosotros. Él, al llegar a México, nos buscó. Lo orienté mucho
con Raúl Garduño. Nos juntábamos a leer. No es que haya sido su maestro,
simplemente le hacía indicaciones por ser más joven que yo. Siempre fue muy dedicado y además de
un gran dominio del oficio.
Aprendió la versificación. Era de los pocos poetas jóvenes de Chiapas que lo
han hecho. Debo señalar su calidad humana. Por otra parte, debe decirse sin
pelos en la lengua
es otra víctima de la situación de Chiapas. Por la marginación que hay hacia
los creadores, que están en permanente lucha con el medio. Ahora empezaba a
tener apoyo, pero llegó tarde. Me duele. Lo digo sinceramente de los poetas
posteriores a mi generación, era al que más respetaba. Era muy profesional,
magnífico».
Razón tiene Bañuelos. Fue la primera asociación. Quienes conocieron
a Joaquín Vásquez recordarán sus condiciones de vida. Resultado del conjunto de
problemas que ahora están estallando. No hay nada fuera. Por ello, la
insistente petición de soluciones integrales que apunten a la sociedad en su
conjunto. La literatura hecha en Chiapas está en duelo.
*Publicado en Expreso Chiapas.
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