En su país natal, España, quienes le estiman y admiran le dicen simplemente: Pe. Una especie de sobrenombre cálido, de cercanía y apapacho. A esta fecha, aún siguen los festejos porque a ella, Penélope Cruz, le entregaron el Óscar a la mejor actriz de reparto en la más reciente película de Woody Allen: Cristina Vicky Barcelona.
Bien por Pe, pero no me parece que el reconocimiento, de esa manera, sea lo más significativo en su carrera. Es más, Hollywood ha reconocido una participación menor a otras que ha tenido Cruz. Por ejemplo, después de diecisiete años de haberla visto por primera vez, se recuerdan intactas: la trama, las escenas y la actuación estupenda de Penélope, en la película Jamón, Jamón.
Desde luego, el asunto es que la industria norteamericana premia únicamente lo que ella misma ve. No se premia toda la calidad internacional que circula en el mundo. Por eso se explica, también que una actriz como la francesa Juliette Binoche, con una sólida y prestigiada carrera, Hollywood sólo le haya entregado, hasta hoy, también, un Óscar, igualmente, como actriz de reparto en El paciente inglés.
También está el caso del gran Gerard Depardieu, quien nunca ha alcanzado más que una candidatura como mejor actor con la película Cyrano de Bergerac. Es decir, el rasero de Hollywood no es el que califica, verdaderamente, a los mejores actores y actrices del mundo sino los propios y los que participan en su dinámica. Penélope, desde hace mucho, es una de las mejores mujeres del cine español aún sin el galardón norteamericano. Está bien, porque, ahora, esa misma industria le hará concesiones, pero no las necesita.
Pe ha sabido mantenerse y consolidarse al combinar las producciones en su propio idioma y su participación en las cintas de Norteamérica. Pe merece más que un Óscar como actriz de reparto. Ella, tenía apenas dieciséis años y era su segunda película cuando Hollywood premió con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa o “extranjera” a la película Bella Época, donde fue una de las principales protagonistas.
Con el Óscar, Penélope tiene nuevos horizontes, pero su crecimiento no está asociado a este galardón. Ella es Pe, desde hace muchos años…
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