"The spirit" de Frank Miller


DAVID SANTIAGO TOVILLA


Cuando vi que, The spirit, estaba en una sala cinematográfica de la capital de Chiapas, busqué comentarios en torno a ella. 

Sorprendentemente, el noventa y nueve por ciento eran negativos. Incluso hasta descalificaciones iracundas. No me inhibí. Decidí que el trabajo de Frank Miller por lo menos, tenía el aporte de separarse de los montones de filmes con que inunda la industria hollywoodense al mundo.

El problema de un trabajo está en querer asociarlo con otro. Si, en cambio, nos acercamos a éste con la idea de apreciarlo a partir de sus propiedades específicas obtendremos un buen resultado. En el caso de The spirit, hay quienes dicen que no refleja realmente la idea del comic en que se sustenta. Eso es querer ver el comic hecho película y no un filme por sí mismo. Tampoco funciona. 
Eso me recuerda cuando Mel Gibson recibía comentarios negativos por su película Apocalypto. Había inconformidad porque se presentaba con una visión “distorsionada” al mundo de los mayas. Mi respuesta era: no es un documental para reflejar una verdad histórica. Es una película de acción que toma como elemento referencial un mundo indígena, particularmente de Mesoamérica. No hay que pedirle nada. Hay que juzgarla por lo que es: una cinta al estilo sanguinolento de Gibson. Es su estilo, su tipo de cine y ya. A partir de ahí hay que decir qué dejó y no.

Del mismo modo, hay que acudir a ver The spirit sin ideas en la cabeza. Desde luego que es imposible dejar de compararla con su antecedente: Sin city (La ciudad del pecado). Y es aquí donde surgen los puntos de interés de esta nueva cinta. Con este segundo producto, similar al anterior, Miller nos dice que, también, es su estilo. 

Ahí su fuerza. The spirit conserva los efectos visuales, el ambiente y la estética dark. Nunca la clásica manera de presentar una historia sino hasta agresiva visualmente, mediante contraste e intensidad lumínica: el negro es negrísimo y el blanco comparte esa característica.
El manejo de una historia que es, como la vida, con momentos plenos y tristes, con virtudes y defectos, con presente y pasado. De nueva cuenta, el sustento estético de la película se quiere afirmar con la presencia de un cartel atractivo: Paz Vega, Eva Méndez, Scarlett Johansson, Sarah Paulson. La masculinidad de Gabriel Match y un villano como Samuel L. Jackson.

The spirit tiene en su favor recordar que se puede hacer cine de manera diferente.