"Mi nombre es Harvey Milk" de Gus Van Sant


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Con el reconocimiento de dos óscares: mejor actor y guion original, se exhibe Mi nombre es Harvey Milk. Aún así, las largas colas de los cines locales son para ver la secuela de acción: Rápidos y furiosos.

Sin ser un documental, la película reproduce fielmente la vida política de quien es considerado el Martin Luther King de los derechos homosexuales: Harvey Milk. El óscar a Sean Penn como mejor actor da el tono a toda la película. Hay una estupenda recreación del ambiente gay, sin perderse en el morbo de la preferencia sexual para concentrarse en el movimiento político que alentó, constituyó, encabezó y heredó Milk.

Sean Penn realmente se transforma en el personaje, con plenitud, magistralmente. Ahí esta Harvey Milk con su capacidad, intuición política, persistencia, apasionamiento, entendimiento de la necesidad y el funcionamiento de las alianzas políticas. 

Su claridad de que la política también requiere de actos escénicos, equilibrios y darle satisfactores a los ciudadanos aún en temas no dimensionados como, en este caso, el excremento de los perros en la vía pública. También, se registran sus previsiones como la grabación de audio en previsión de ser asesinado, ante múltiples advertencias y hecho que, finalmente ocurre, en una circunstancia inesperada.

Mi nombre es Harvey Milk sustenta muy bien por qué fue nominada en ocho categorías: mejor película, director, actor, actor de reparto, guion original, banda sonora, diseño de vestuario, y montaje.

La construcción del guion llevó un trabajo de cuatro años de indagación porque no quiso hacerse sobre una biografía elaborada sino a partir de los testimonios de colaboradores y personas de San Francisco. Bueno, hasta la corbata del alcalde asesinado junto con Milk, es original, proporcionada por su hijo porque creyó en el proyecto. Abundantes detalles como éstos pueden consultarse en el portal de La Higuera.

Senn Penn se ha distinguido por ser un activista político. Gus Van Sant, el director, nos presentó, en 2003, Elefante, aquella cinta de dos jóvenes que asesinan a sus compañeros de colegio y que ocurre a cada poco en Estados Unidos. Hoy, ambos personajes han creado Mi nombre es Harvey Milk

Un trabajo vital para recordar a todos que las libertades democráticas no surgieron por generación espontánea y tuvieron su alto costo, hasta de vidas como la de Harvey Milk. Qué gran película por su realización y por su mensaje.