Influenza: ciencia e ignorancia

Foto de Vera Davidova
DAVID SANTIAGO TOVILLA

El canal de National Geographic tuvo el acierto de retransmitir sus programas especiales sobre epidemias, durante la semana en curso. Desafortunadamente no es televisión abierta pero el universo de suscriptores a la llamada televisión de paga es importante.
Los programas emitidos por Nat Geo adquieren mayor relevancia porque no se realizaron en el marco de la coyuntura mexicana. El virus que provocará una pandemia que amenazará a la humanidad es monitoreado desde hace varios años por un grupo de científicos internacionales. Este seguimiento ha permitido crear las previsiones que ahora se aplicaron en México y ha actuado en otras crisis surgidas en países asiáticos.

Nat Geo, como es su característica, presenta: información, historia y prospectiva. Es decir, existe un soporte científico de la amenaza permanente sobre la especie humana, con énfasis a partir de principios de siglo, cuando en 1918, la gripe española –indican- eliminó más personas que la primera guerra mundial.

Por eso, es lamentable que los intereses políticos se prioricen, que personajes que nunca en su vida se han distinguido por un aporte a la humanidad y más bien por bandear de un partido político a otro y hasta hacer contra campaña al partido político en el que militan borren un esfuerzo científico mundial. 

Es reprobable que se juegue con la ignorancia y que, en lugar de contribuir a extender las herramientas de la ciencia, se manipule a la población y se le ponga en riesgo al decir que el virus es un invento imperialista. La verdadera invención es, de nueva cuenta, la teoría del complot, ahora aplicada a una cuestión sanitaria mundial.
 
Las medidas aplicadas en México aunque parezcan exageradas son las necesarias de frente a la amenaza del virus que, como dicen los científicos: no sabemos cuándo ni dónde pero aparecerá. La experiencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha llevado establecer un esquema de aislamiento inmediato que se ha aplicado en el contienen asiático, en años no tan lejanos. 

Cuestionar la dimensión de la amenaza sólo conlleva a fomentar la irresponsabilidad. No es un juego porque el día que el virus de la influenza mute a otra forma más complicada, como suele hacerlo, volverán a morir millones de seres humanos. No se puede ser tan irresponsables, pero así son ciertos políticos mexicanos mal autodenominados “de izquierda”.