La pasión, según David Tovilla


ALEJANDRO MOLINARI

Letras apasionadas. Prontuario de Octavio Paz se llama el libro más reciente de David Tovilla. Se llama así, porque letras apasionadas son las suyas.

David, con este libro, suma otro diez a su bibliografía, ya amplia. El recuento de sus libros nos dice que en 1994 publicó su primer material (El loco mundo del agua). De entonces a la fecha ha publicado diez títulos más. En 2010 publicó uno (Vislumbres libertinos); en 2011, sumó dos títulos más: (Imágenes voluptuosas y Destellos) y en este 2012 —que apenas balbucea su primer trimestre— ya ha presentado dos libros (Juguetes y ocasiones y el que es motivo de este comentario). Con esto, David se convierte, por pertinencia y emoción, en el autor chiapaneco más prolífico en cuanto a publicaciones.

Su libro más reciente vuelve a sorprender a sus lectores, por la magnífica edición y por la calidad del contenido.

En la contraportada se lee: “El Prontuario constituye una herramienta para acercarse al pensamiento de Octavio Paz”. Como si fuese un vaso para contener el agua esencial de Paz, el libro de David otorga al lector la posibilidad de acercarse al límite infinito del pensamiento de nuestro Nobel de Literatura. Todo mundo coincide en que la inteligencia de Octavio Paz desbordaba en bordados luminosos. Su pasión no tuvo límite. De igual manera, la pasión de David parece no encontrar diques.

David ha realizado el prólogo y luego ha abierto la puerta para que los lectores entrenemos de lleno, sin vestigios de penumbra, a la estación luminosa de una de las mentes más luminosas del siglo XX. De la obra ensayística de Octavio Paz, el autor ha elegido ciento treinta y cuatro nociones del pensamiento del famoso escritor.

En forma alfabética, el lector encuentra en el Prontuariouna serie de respuestas a temas fundamentales que obsesionaron a Octavio Paz. La labor de David ha sido exhaustiva y de inteligencia discriminatoria. De toda el agua que contiene el mar ¿qué decantar para escuchar su voz y pensamiento? David se ha colocado en la playa, se ha internado mar adentro, ha buceado y luego, como si fuese Moisés, ha elevado los brazos, ha partido en dos el mar y nos ha impelido a cruzar, junto a él, junto a Octavio, para reconocer que sólo quien se atreve a ir más allá es el que logra acercarse a la luz. Más allá está Dios, mucho más allá. Paz y Tovilla así lo intuyen. Paz con su pensamiento y Tovilla en la delicada misión de expurgar el oro.

David se ha convertido en el referente más directo de lo que puede ser la pasión en la literatura chiapaneca, y cómo compartirla. Este libro es (así lo dice el autor) “un testimonio: de una etapa; de la posibilidad de permutar una adversidad personal en una oportunidad”. Es, por lo tanto, un testimonio de que la inteligencia está por encima de todos los muros. La inteligencia ¡vuela! No es posible que quienes están atados a los terrones puedan cancelar a la inteligencia. Por esto no es causal que sea el pensamiento de Octavio Paz el que esté inmerso en cada huella de este libro, no lo es, porque Octavio también fue un hombre que voló en el mar infinito de la libertad.

*Publicado en Revista 10, número 121