Lafourcade: una mujer divina


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Natalia Lafourcade está en su esplendor. Con el disco Mujer divina, homenaje a Agustín Lara, ha logrado un éxito que hace justicia a su talento musical. Compositora, arreglista, ejecutante, en su más reciente producción recurre a su derroche de sensibilidad artística para generar un producto gigantesco.Lafourcade ha dejado constancia de sus múltiples capacidades artísticas en sus diversas participaciones en años recientes. En el Mtv unplugged de Julieta Venegas, Natalia tuvo un papel relevante al ejecutar: vibráfono, banjo, timple, serrucho, cavaquinho casi guitarra portuguesa, glockenspiel o armónica de metal, clavinet. 

Esto sumado a su participación en coros. El video de aquel magno concierto es descubrir a la entusiasta Lafourcade que va de un instrumento a otro, sin pedir protagonismos. Concentrada en su entrega y aporte musical.

En 2010, Natalia participó en el concierto del Bicentenario de la Independencia de México con la Orquesta Filarmónica de las Américas bajo la dirección de Alondra de la Parra. Las voces de Lafourcade, Denise Guerrero y Ely Guerra, constituyen el volumen de colección Travieso Carmesí

 Su modo sereno, seguro, susurrante es esencial para la recreación de temas como “Vereda tropical”, “Amanecí en tus brazos”, “Sandunga” o “Cielito lindo”. Sin la menor duda, este ejercicio refinado con la música popular mexicana es el antecedente directo de Mujer divina.

Los homenajes realizados por músicos del momento en con o de grupos alternativos en particular no siempre logran un nivel extraordinario. Suelen tenerse porque son versiones raras, inusuales, acopladas al estilo de cada autor. Pero al final de cuentas son variantes de un mismo hecho, una diversión. 

Natalia Lafourcade hace la diferencia. No “canta” las conocidísimas canciones del Flaco de oro: hace inusitadas piezas de arte, cuidadas con esmero en cada caso. Acompañadas con nueva instrumentación que va del clarinete, pasa por la tuba, el ukelele, las mandolinas; teclados variados como el legendario Mellotron o el popular Mikro Korg. 

Si la realización suena diferente, original, la integración de esa voz limpia, apacible, intimista de Lafourcade terminan de erigir la monumentalidad de este producto. Basta ejemplificar con “Piensa en mí”. 

Se ha escuchado con las voces: vibrante de Kenny y los Eléctricos, aguardentosa de Chavela Vargas, emotiva de Luz Casal, sublime de Lo Blondo. La entonación de Natalia es una declaración de amor. Natalia renunció a cantar las canciones para sentirlas y expresarlas con voz y corazón. El resultado es majestuoso.

La edición especial de Mujer divina es un regalo incomparable y especial para los melómanos, porque no se trata de las versiones de audio llevadas al video. El disco compacto es un producto; otro el dvd. 

Mientras en el primero, en “La fugitiva” hace un dueto con Kevin Johansen, en el segundo es con Lila Downs. En aquel, “Si no pueden quererte” se acompaña por Miguel Bosé; en éste de Leonardo de Lozanne. La ya citada “Piensa en mí” viene en audio con Vicentico y en video con Ismael de Los Daniels y Paco Familiar de DLD. 

La característica común es que los invitados asisten con la misma humildad de Natalia y se integran sin protagonismos estridentes. Es una armonía total, un trabajo esmerado, pulcro, admirable que hace repetir una y otra vez cada melodía para asimilar en cada ocasión una parte de ella. Su riqueza musical es descomunal.

Las canciones de Agustín Lara son un motivo, un pretexto, una inspiración para elaborar por completo un planteamiento musical contemporáneo, transformador, espectacular. Mujer divina es un logro cualitativo, ejemplar, que coloca a Natalia Lafourcade en un sitio preferencial en la música mexicana.

*Publicado en la revista digital 10, número 165