Librerías del siglo XXI

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David Santiago Tovilla

La transformación progresiva e incesante de la vida cotidiana derivada de la revolución tecnológica obliga a reconsiderar todos los aspectos del consumo cultural. En el número 180 de la revista 10, retomamos un amplio estudio sobre los museos en la era digital publicado por el sitio Dosdoce

Decíamos, entonces, que lo fundamental para propiciar el cambio es la actitud con que se acerquen todos los involucrados. De eso depende el paso para la disyuntiva entre permanecer en el desfase o inscribirse en las actuales dinámicas de proyección, uso y difusión. La vorágine digital es una realidad y un poderío generacional de ninguna manera opcional. 

    No hace ni siquiera quince días que, por ejemplo, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en España, anunció una inversión de dos millones de euros para la adquisición de doscientas mil licencias de libros electrónicos para formar parte de los préstamos de las cinco mil bibliotecas públicas de aquel país. El anuncio refleja la incorporación de la perspectiva digital en las políticas públicas. Otra visión y disposición.

            Con el propósito de propiciar, por lo menos, la reflexión en torno a esas otras prácticas que establecen la diferencia entre el anquilosamiento y el presente dinámico reproducimos la síntesis de un texto publicado en el número 508 de La Gaceta del Fondo de Cultura Económica. Se trata del texto “El futuro de las librerías en la era digital” y su autor: Javier Celaya expone las prácticas alternativas de las librerías en el siglo XXI, a través de los doce puntos siguientes:

  1. “TURISMO DE LIBRERÍAS”: DESCUBRE OFFLINE, COMPRA ONLINE. 
La rápida implantación de todo tipo de dispositivos inteligentes, como tabletas y móviles táctiles, está cambiando los hábitos de descubrimiento de libros de muchos lectores. Cada día es más común ver a personas haciendo fotos de portadas de libros en la mesa de novedades de una librería. Esa persona está descubriendo ese libro en una tienda física, pero tomará la decisión de compra más tarde frente a la pantalla de su ordenador personal.
  1. CÓDIGOS QR PARA FOMENTAR EL DESCUBRIMIENTO Y LA COMPRA DE LAS VERSIONES ELECTRÓNICAS DE LOS LIBROS EN PAPEL. Si como hemos visto los dispositivos móviles están cambiando la forma de descubrir los contenidos culturales en internet, la nueva generación de códigos QR cambiará los hábitos de compra de todo tipo de contenidos culturales (libros, música, revistas, etc.). Desde que fueron inventados en 1994 por una empresa perteneciente al grupo japonés Toyota, los códigos QR han agilizado diversos procesos de gestión en sectores como la automoción y el gran consumo. Su reciente llegada al mundo de la cultura supondrá una auténtica revolución en la forma en la que descubriremos nuevos libros y autores, como también tendrá un enorme impacto en la forma en que compramos estos contenidos, ya sea en formato papel o digital.
  2. LECTURA GRATUITA DE EBOOKS EN LAS LIBRERÍAS FÍSICAS. Las librerías que quieran tener un cometido en la era digital van a tener que reinventar la manera en que ayudan a descubrir y vender libros a los lectores de libros electrónicos en sus propias tiendas. Ya no basta con ordenar la mesa de novedades y el escaparte; los libreros tendrán que ofrecer a sus clientes una experiencia única en la tienda con el fin de estimular su decisión de compra, ya sea de libros en papel o digitales.
  3. PANTALLAS TÁCTILES PARA ADENTRARSE EN LOS LIBROS. Las librerías no deberían tardar mucho más tiempo en incorporar la tecnología táctil en las mesas de novedades. Las pantallas táctiles —que ya se usan en muchos dispositivos inteligentes como las tabletas— permiten tocar los contenidos de un libro. Decir “tocar” significa interactuar o adentrarse en lo que estamos descubriendo. Su incorporación en las librerías permitiría a los lectores ver video- entrevistas de sus autores preferidos, buscar libros, bucear en sus páginas, ver booktrailers, imágenes o textos relacionados, escanear en la pantalla códigos qr para obtener más información de un determinado libro o para comprar la versión digital, etcétera.
  4. ¿QUIÉN ERES, QUERIDO LECTOR? LA IRRUPCIÓN DEL RECONOCIMIENTO FACIAL. Las grandes empresas de internet, como Google, Facebook y Apple, entre otras, están apostando fuertemente por el desarrollo de nuevos servicios basados en el reconocimiento facial de las personas, así como en el reconocimiento visual de todo tipo de objetos, lugares, etcétera. El desarrollo de estas funcionalidades va tan deprisa que hoy en día estas tecnologías pueden identificar qué persona está en una fotografía con tan sólo comparar el rostro de esa persona con otras 14 muestras. En cada foto, la tecnología guarda en su base de datos muestras de los ojos, nariz y boca de cada usuario para identificar posteriormente, cada vez con mayor exactitud, quién es quién en cada nueva fotografía subida a una plataforma que alberga funcionalidades de reconocimiento facial.
  5. AUGE DE LAS TECNOLOGÍAS SENSORIALES. Si la anterior apuesta tecnológica nos había parecido cercana al género de la ciencia ficción, la siguiente tampoco dejará indiferentes a muchos lectores. Aunque las tecnologías sensoriales son una de las tendencias que aún necesitan algunos años más de desarrollo, disfrutaremos no obstante en poco tiempo de las aportaciones de estas innovaciones al sector cultural. Estas tecnologías ya son una realidad en otros sectores como el farmacéutico, donde se utilizan para prevenir infartos o derrames cerebrales registrando el estado anímico de las personas en relación con su vida diaria, dieta alimenticia, nivel de estrés, etcétera. Nuestros teléfonos móviles, tabletas, coches y ordenadores tendrán incorporado en su memoria un sensor, conectado vía inalámbrica a nuestra piel, que detectará nuestros diferentes estados de ánimo y nuestro tipo de consumo en cada uno de ellos.
  6. LIBROS QUE RECOMIENDAN OTROS LIBROS. Recomendación de un librero de toda la vida, sugerencias de lectura de nuestros amigos, la lista de los más vendidos en las librerías online, conversaciones sobre libros en blogs y redes sociales, algoritmos que generan recomendaciones según gustos... y ahora libros que nos recomiendan otras lecturas dentro del propio libro. En otras palabras: el libro se convierte en el algoritmo de búsqueda de nuevas lecturas.
  7. OFRECER EN LAS LIBRERÍAS CONTENIDO GENERADO POR LOS PROPIOS CLIENTES. En la era digital, las librerías, además de vender libros en papel y ebooks, deberían convertirse en lugares donde sus clientes descubran los mejores contenidos generados por otros usuarios. La mayoría de los medios de comunicación, así como las editoriales y otras entidades de creación de contenidos profesionales, han restado importancia a los contenidos generados por los usuarios en internet (User Generated Content). Cuando se habla del contenido generado por los usuarios en internet casi siempre se cuestiona su calidad. Este contenido tan cuestionado abarca desde el simple artículo publicado en un blog o una web personal hasta todo tipo de creaciones individuales y colectivas a través de vídeos, podcasts, fotografía y wikis. Es cierto que en la red existe un montón de “contenidos basura”, o irrelevantes, si queremos ser más políticamente correctos, pero si somos sinceros encontraremos la misma proporción de “contenidos basura” en periódicos o en las mesas de novedades de las librerías que en internet. El mero hecho de que un artículo haya sido publicado en un medio de comunicación o que un libro tenga tapa dura no incrementa la calidad de sus contenidos.
  8. APUESTA POR LA AUTOEDICIÓN. Ante las nuevas oportunidades de negocio que representa el mencionado auge de los contenidos generados por los usuarios, varias librerías han decidido también apostar por la autoedición de los mismos como nuevas vías de ingresos complementarias a las ventas de los libros comercializados por el sector editorial. Así como en la era analógica los libreros y editores miraban por encima del hombro todas las iniciativas de autoedición, en la nueva era digital han llegado a la inteligente conclusión de que puede convertirse en una extraordinaria vía de ingresos complementaria a la edición tradicional.
  9. CRECIENTE DEMANDA DE CONTENIDOS FRAGMENTADOS
. En la nueva era digital, el lector ya no estará tan dispuesto a pagar por la totalidad de un periódico, una revista o un libro. No tiene tiempo o no le interesa leer todos los contenidos que se le ofrecen y además sabe que la tecnología permite a los libreros ofrecerle los contenidos que desea de forma fragmentada. Aunque la industria editorial esté intentando retrasar lo máximo posible su aplicación, cada día es más consciente de que una de sus principales vías de ingresos en la era digital serán los micropagos derivados de la venta de contenidos fragmentados.
  10. EBOOKS CON GARANTÍA DE LECTURA: SI NO LO TERMINAS, TE LO CAMBIO POR OTRO. En la era digital los libros pasan de ser un objeto que tocamos y compramos a convertirse en un simple servicio intangible que contratamos. En el siglo XXI los lectores ya no poseemos un libro, tan sólo contratamos un servicio que nos permite acceder a unos determinados contenidos durante un cierto tiempo y en unas condiciones específicas. Esta realidad debe ser entendida y asumida lo antes posible por los profesionales del mundo del libro puesto que transforma radicalmente la relación entre las editoriales, las librerías y los lectores. El impacto más transcendente de este cambio de modelo de negocio es que las librerías dejarán de vender unidades (libros) para vender servicios alrededor de los contenidos. En este sentido, lo primero que deberían hacer las librerías es cambiar en sus páginas web el botón de “compra este libro” por “alquila este libro”, “accede a este libro”, “lee este libro en la nube” o alguna otra frase similar que describa realmente lo que el lector está adquiriendo.
La vida actual se desarrolla a partir de otras referencias. Existen hasta posgrados universitarios relacionados con la tecnología digital. Se desarrollan congresos internacionales para analizar todos estos temas. Es necesario asumir una nueva perspectiva para evolucionar, al menos en mentalidad, al mismo tiempo que lo hace el mundo.