Sade en el supermercado (II)


David Santiago Tovilla


Más referido que leído. Mayores prejuicios que análisis. Es lo que existe en torno al Marqués de Sade. La traducción más favorecida de sus obras completas es del Dr. Pau J. Gillette, en editorial EDASA. La de Editores Mexicanos Unidos es aceptable y apropiada para una edición masiva.

Leer a Sade es acercarse a una filosofía, a la auténtica perspectiva libertina. Es un escritor completo que, desde su escritura erótica, hace señalamientos políticos y sociales. Veamos algunas luces:

“En la base de la filosofía está la verdad, y la verdad es absoluta.”

“La vida no es más que una serie ininterrumpida de penas y placeres”.

“La verdadera justicia no puede hacerse porque es a los más grandes delincuentes a los que más altamente aprecian quienes disfrutan del poder judicial”.

“Una república no tiene por misión prescribir la moral; su tarea principal consiste –en realidad es la única razón de su existencia- en conservar la libertad de sus ciudadanos por los medios que sean reconocidos como necesarios”.

“Jamás se puede ejercer la posesión sobre un ser libre. Todos los hombres son libres, todos tienen los mismos derechos: nunca perdamos de vista estos principios”.

“Todo cambio es siempre bien acogido por los hombres. Cansados del despotismo de los emperadores, consideran que una revolución sería necesaria”.

“Todo está en función de nuestras costumbres y del punto geográfico en el que nos encontremos; lo que aquí es una falta o desacato moral, a menudo es considerado virtud unas cien leguas más abajo, y las virtudes de otro hemisferio bien podrían ser, por el contrario una trasgresión para nosotros. De esas diferencias puramente geográficas se deriva la poca atención que debe merecernos la estima o el desprecio de los hombres, que son unos sentimientos ridículos y frívolos, siendo nuestro deber estar por encima de ellos”.

“La razón por la cual se debe abolir la pena de muerte, es que ésta jamás ha conseguido reprimir el crimen”.

“Las guerras son frutos de la barbarie política, ¿acaso no son otra cosa que un medio para nutrirse, fortalecerse y extenderse?”

“Se llora cuando se tiene temor, y he ahí la razón de que los gobernantes sean tiranos”.

Como se aprecia en esta decena de frases, Sade no sólo tiene textos sobre las pasiones. Hay ideología, posición. Y si existe, en su narración una descripción acuciosa de los encuentros carnales, obedece también a una concepción, a una preceptiva literaria que expone en Los ciento veinte días de Sodoma: “tus relatos deberán ir adornados con los detalles más abundantes y explícitos; de otro modo ¿Cómo podríamos juzgar la relación entre la pasión que describes y el comportamiento humano, si no te muestras sincero y revelas todas las circunstancias?” Ese es el fundamento de la literatura libertina.

Porque las letras de Sade aún causan impacto por corresponder a otro modo de ser es mucho más meritoria su comercialización en los supermercados.