El oficio de escritor, libro clásico de entrevistas, data de 1963. Se reedita hasta la fecha porque es una colección de diálogos con literatos esenciales. Ezra Pound, William Foulkner, Enrnest Hemingway, Truman Capote, Henry Miller, T.S. Eliot, entre otros. Publicadas todas en The Paris Review.
En México, existe un libro similar: Protagonistas de la literatura mexicana de Emmanuel Carballo. Poco publicitado, pero más clásico en medida que los creadores incluidos en el volumen han fallecido. Ha tenido varias ediciones y actualizaciones.
Es el más completo en su tipo porque reúne entrevistas de un periodo amplio: José Vasconcelos, Alfonso Reyes, José Gorostiza, Salvador Novo, AgustÃn Yáñez, Nellie Campobello, Juan Rulfo, Rosario Castellanos, Carlos Fuentes, entre otros. Carballo, desde su visión de crÃtico literario, conversa con profundidad con sus entrevistados.
En algunos casos, se enriquece con ensayos, anécdotas y hasta una polémica con Octavio Paz. Libros que logran trasmitir una personalidad, refrescar nociones, conocer perspectivas, recordar momentos.
En el segundo semestre del año pasado, empezó a circular un libro con gran perspectiva: Las grandes entrevistas de la historia. Los libros mencionados en el párrafo inicial eran sobre escritores. Aquà es una variedad de personalidades y oficios que llevan a un cuerpo de más de seiscientas páginas.
El resultado es heterogéneo por la multiplicidad de estilos de entrevistadores, extensión de la conversación y contexto temporal. El propósito de recuperar ese ejercicio intelectual a través del encuentro personal se consigue.
En orden cronológico, de 1859 a 1992, es posible leer las respuestas de Karl Marx, Mark Twain, Émile Zolá, Greta Garbo, Adolf Hitler, Pablo Picasso, Gandhi, Marilyn Monroe, John Lennon, por mencionar algunas de las sesenta personas incluidas. De lo mejor, es un capÃtulo introductorio que constituye una magnifica revisión histórica de la entrevista en tanto género periodÃstico.
Las grandes entrevistas de la historia es un libro para leerse sin prisa y con ánimo de indagación. Porque el mundo actual y los códigos culturales de la época difieren mucho de los de centurias atrás.
El lector se detendrá en aspectos acordes a su peculiar interés y formación. Da para mucho. Ahà está el inventor Thomas Alva Edison con una opinión sobre la torre Eiffel, en 1889: “Es una gran idea. La gloria de Eiffel está en la magnitud de la concepción y la audacia de su ejecución. Una vez admitido esto, y conseguido el dinero, el resto es, si quieren, igual que construir un puente. Me gustan los franceses. Piensan a lo grande. Los ingleses deberÃan tomar nota. ¿Qué inglés habrÃa tenido esta idea? ¿Qué inglés podrÃa haber concebido la Estatua de la Libertad?”
Es destacado el ingenio de un redactor de The Sunday Herald para construir una entrevista a partir de la negativa de Rudyard Kipling a concederla. Lo hace hablar en torno al porqué no a partir de una ruda respuesta: “SÃ, soy un patán grosero, y a mucha honra. No me importa. Quiero que la gente lo sepa”. O bien la auto entrevista de Oscar Wilde para lanzar dardos a modo: “Cuanto más interesado se muestra el público por los artistas, menos se interesan por el arte. La personalidad del artista no es algo sobre lo que el público deba saber nada. La humildad es para los hipócritas y la modestia para los incompetentes. La autoafirmación es a la vez obligación y privilegio del artista. El objeto del arte es ser arte. La obra de arte debe dominar al espectador, no el espectador al arte”.
Las grandes entrevistas de la historia es un material que llegó, a través de la Editorial Aguilar, para conformar la triada de libros recomendables de este género.
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