Más Testino, menos Miley


DAVID  SANTIAGO TOVILLA


Fotografías: Mario Testino
Mario Testino difundió, con anticipación, parte de su trabajo creativo para la revista Vogue Alemania. En específico, el número del mes de marzo cuyo bloque central se denomina “Blonde Angel”. Incluye a modelos como Candice Swanepoel y Anja Rubik pero la portada se la lleva otra participante: Miley Cyrus. 

La diferencia es que, en esta ocasión, la experiencia del fotógrafo se ha impuesto. Ahora, la cantante es un cuerpo prestado para una idea creativa. De tal modo que se ha logrado poner de lado la tosquedad y vulgarización que obsesionan a la ex Hannah Montana. La fórmula es sencilla: se puede rescatar lo estético de Cyrus cuando se da paso a la poderosa composición del profesional peruano. Esto es: más Testino, menos Miley.


Lo explica Octavio Paz: “En la fotografía se conjugan subjetividad y objetividad: el mundo tal cual lo vemos pero, asimismo, visto desde un ángulo inesperado o en un momento inesperado. La subjetividad del punto de vista se alía a la instantaneidad: la imagen fotográfica es aquel fragmento de la realidad que vemos sin detenernos, en una ojeada; al mismo tiempo, es la objetividad en su forma más pura: la fijeza del instante. 

El lente es una poderosa prolongación del ojo y, sin embargo, lo que nos muestra la fotografía, una vez revelada la película, es algo que no vio el ojo o que no pudo retener la memoria. La cámara es, todo junto, el ojo que mira, la memoria que preserva y la imaginación que compone. Imaginar, componer y crear son verbos colindantes. 

Por la composición, la fotografía es un arte”. Dicho elemento, según David Präkel, en su Diccionario visual de fotografía: “implica la selección y el análisis de los atributos visuales del sujeto, así como la apreciación del sujeto en sí mismo y el procesado de las sensaciones y motivaciones personales. 

Sólo entonces es posible organizar todos los elementos en una imagen coherente y comunicativa. La fotografía no puede ser un simple registro porque los fotógrafos tienen que seleccionar una parte del mundo real. En ese sentido, la composición se convierte en la expresión de la personalidad del fotógrafo”.

No es la primera vez que Mario Testino fotografía a Miley Cyrus. Lo hizo en mayo de 2013, para V Magazine. Entonces fue el lanzamiento de la imagen actual de la chica. Su cabello con los costados a rape, jeans, cuero. Fueron fotos-proclama. Se trató casi de un reportaje fotográfico. Testino se dedicó más que a concebir el producto, a hacer buenas fotografías. Es evidente que se negó a capturar su lengua de fuera que Cyrus ha convertido en su principal rasgo de identidad.

Diez meses después, Testino hace de ella un ángel rubio. Nada menos que la recreación del mito erótico: Marilyn. Rescata: mirada, sonrisa, gestualidad de Miley. Él consigue, desde la elegancia, aquello que ella busca en la rudeza y la impertinencia: una imagen de mujer, distante de la estrella juvenil que fue. No podía ser de otro modo al entregarse, con totalidad, a la lente de Mario Testino. Lástima que Miley no lo comprenda…