Conexiones con Madonna

David Santiago Tovilla
Hace catorce años, en el 2000, Madonna lanzó su tema Music. La pieza se colocó de inmediato en el gusto del público. Y no lo ha perdido desde entonces. Es un clásico para ambientar, motivar, dar la pauta en un listado de canciones, fortalecer un espectáculo.

Pero Madonna no sólo colocó un gran éxito en el momento y en varias generaciones, sino estableció muchos de los modos que se ven en la actualidad. Revisar el video de Music con detenimiento, muestra cómo la experimentada y visionaria rubia se colocó por delante en los códigos que se usarían apenas una década posterior.


La mayoría de las tomas en primer plano, Madonna aparece con un sombrero vaquero blanco. Es como la identidad visual de la pieza que prevalece hasta la actualidad, en cualquier sitio en donde se quiere emular a la “chica material”. Además, como una mujer que incide en la moda, a partir de su irrupción con dicha vestimenta, heredó el uso de este tipo de sombreros para la cotidianidad y la fiesta.

En 2013, el disc jockey Avicii realizó, desde la electrónica, una oda al mundo western con Wake me up. De ahí, siguió el gran éxito de Kesha con Pitbull llamado Timber. En 2014, el músico de la década, David Guetta, lanzó en febrero el hit Shot me down y en agosto sacó Lovers on the sun para mantenerse como éxito del momento. Claro, son otras sonoridades con los ritmos y tendencias del momento, pero concurrentes en la recuperación de la iconografía de los vaqueros.

Music incluye un intermedio de un comic multicolor. En éste, es una heroína, una supermujer que se enfrenta con unos maleantes. Baja al fondo del mar y luego desplaza a un pinchadiscos para llevar, en persona, la música. 

Hace cinco meses, David Guetta dio a conocer Bad: la historieta de una chica contra un grupo de zombies. El video es, en su totalidad, ilustrado con comics. El ya mencionado Shot me down, por igual en lo audiovisual, no pasó al video en forma: su versión lírica fue acompañada por material propio de fanzine.

Estas múltiples conexiones hacen multifacético e imperecedero el video de Music. El rasgo más característico en los videos electrónicos actuales es el empleo de cuerpos femeninos desnudos. Mientras más movimientos eróticos se muestren, mayor es el impacto obtenido. 

Y Madonna incluye una visita a un table dance. Las chicas en el tubo, los billetes en el sostén o el bikini, movimientos de nalgas, los golpes de cadera que hacen el amor al aire. Todo en una divertida fiesta de sexo, bebida y música. Esos minutos en Music se han extendido a todo el video en piezas de la actualidad.

Otro gran componente es la mirada al mundo disco de los ochenta, en la tipografía de una serie de palabras sucesivas a lo largo del video, la esfera de espejos y cierto compás en la melodía. 

Hoy, artistas de todo calibre recurren a la tendencia ochentera para construir su gloria: desde la comercial Innocence con una repetición del éxito de Blondie Call me al que nada aporta, sólo más ritmo y palabras en español; como la propuesta de Kiesza, quien desde abril tiene a Hideaway en el primer plano del top mundial; hasta llegar a Bruno Mars cuya identidad total y la producción de sus audiovisuales se montan en la reminiscencia de los 80.

Por tantas conexiones, Madonna parece haber dicho desde el año 2000: la música es una misma. Evoluciona pero viene siempre de algo. Por eso Music es un clásico que colocó alto su estatus para los nuevos materiales que quieran competirle para sucederle.