Fiesta de Chiapa de Corzo 2015

David Tovilla

Fotografía: Arturo Arias
Manuel, Víctor, Joaquín, Ernesto dejan sus nombres y personalidad habituales. Modifican su vestimenta usual: sustituyen la playera por la blusa escotada, los pantalones por largas y adornadas faldas; el peinado varonil ahora lleva trenzas, listones y hasta canastos con banderines de papel de china; el rostro, de día intacto, hoy lleva maquillaje y brillo. Han guardado toda compostura y “deber ser” para que emerjan los chuntá. Recorren toda Chiapa de Corzo, Chiapas, México, para cambiar la expectativa por realidad. Llegó la noche esperada del día anhelado: 8 de enero. Es el anuncio de la Fiesta Grande 2015. La marea de energía y alegría que invade corazones, casas, calles.

Fotografía: Arturo Arias
El anuncio es una actividad un poco íntima de los chiapacorceños. Los demás días de la Fiesta Grande se observan muchas personas de fuera. La noche del ocho de enero se articula más en los propios lugareños. Es una sesión prolongada porque se trata de abrir camino. Llegar a todos esos sitios en donde, días después, llegarán otros contingentes festivos. Por eso el momento especial es la media noche. Entre semana, la hora temprana es de menor concurrencia por el mundo laboral. Las horas hacen que la concentración alcance miles. No es un compromiso. Es una exigencia propia ir a acompañar esa lenta columna que despide ritmos, gritos, vistosidad. Una motivación interna les lleva a estar en el gran aparte de los hechos ordinarios.

Fotografía: Arturo Arias
Marcela, Rosario, Elena, Claudia también los acompañan. Una escolta a su pareja para ayudarle cuando se le desarregle algo del atavío. Otra lleva al hijo pequeño para que vaya con su padre. Aquella es el sostén del chuntá cuando ya el calor y el ajetreo le han llevado a consumir muchas cervezas. Es la noche del año. Si no acuden a esta convocatoria popular, deben esperar un año para el suceso. Algo inadmisible, imperdonable consigo mismos. La fuerza de la Fiesta Grande vive en cada sonaja movida, vestido ostentado, altar engalanado, calle enfebrecida por el calor humano.
Fotografía: Arturo Arias

Jerry y su pandilla lideran la procesión de la arrechura. Hay otras pero es la que tiene mayor capacidad de convocatoria. Es un decir porque, en enero, en Chiapa de Corzo, todo convoca: las iglesias sin mobiliario convertidas en espacios para la danza, los cientos de tiras de coloridos papeles que surcan las alturas, los sonidos de tambor y carrizo que marcan la estancia o el retiro del grupo, la muchedumbre dentro y fuera de las callejuelas.

La Fiesta Grande es el gran oasis social. La pausa que sus hacedores esperan. La confluencia cultural que no tiene comparación en ningún otro sitio de Chiapas. Es una reiteración que, en cada manifestación: cohesiona, atrapa, recluta sin desgastarse. El anuncio ha recorrido el pueblo. Empieza la celebración...

*Fotografías del libro "Fiesta grande, una vivencia".