Selfi, no selfie: la palabra del 2014

Fotografía: Gayane Bagdasaryan

















David Santiago Tovilla

La autofoto lleva dos años consecutivos en el predominio temático de académicos y especialistas del lenguaje. Hace un año, en el número 213 de esta revista, retomamos el anuncio del Oxford Dictionaries en el que designó a Selfie como la palabra internacional del 2013. Ahora, el 30 de diciembre pasado, la Fundación del Español Urgente (FUNDEU) emitió un comunicado para proclamar a selfi como su palabra del año 2014.


Fotografía: Anllela Sagra

















El documento apunta que “Selfi es la adaptación al español del anglicismo selfie” y detalla la explicación del director general de Fundeu, Joaquín Muller: “No buscamos la palabra más bonita ni la más original o novedosa. Queremos que nuestra palabra del año, además de estar relacionada con la actualidad y, por tanto, haber estado muy presente en los medios, tenga un cierto interés lingüístico, ya sea por su formación o por la fuerza de su penetración en el lenguaje común”.

Fotografía: Morgan Hultgren

















La fundación, había mantenido la recomendación de evitar el término selfie y emplear autofoto pero éste cobró naturalidad en los hablantes de todas las lenguas. Por ello, en octubre de 2014, la Real Academia de la Lengua Española (RAE) incorporó a la 23ª edición de su diccionario oficial la acepción selfi en singular y selfis para el plural.

Fotografía: Andrea Karolys

















Lo más sensato fue la adaptación puesto que el conjunto de hechos en torno a esta práctica es cada vez mayor. En buena medida, la transformación de los teléfonos en mecanismos de registros visuales contribuyó al estímulo de la autofoto. Hoy se llega al exceso que algunos modelos de celulares son más cámara que instrumento de comunicación verbal. 

La generalización de la práctica ha llevado a la comercialización, en la actualidad, de un auxiliar fotográfico: el mono pie para teléfono. El instrumento permite una toma elevada por lo general de un metro más de distancia. Es una extensión del brazo humano para captar más entorno en la toma. 

Los mejores eliminan la necesidad de utilizar el temporizador porque el disparo se hace con un control inalámbrico. Además puede usarse indistintamente el móvil, una cámara o la videograbadora de moda Go Pro. Esto es: la necesidad de la selfi ha llevado a generar herramientas para su mejor práctica. Ya no sólo es un mero acto reflejo: se ha convertido en una modalidad instituida.

Fotografía: Kristen Bogdanoff

















Y en el 2014, uno de los grandes éxitos de la música electrónica, fue la ejecutada por el dúo The Chainsmokers: #Selfie. Aquella canción muy rítmica en donde destaca el monólogo de una chica en el baño de un antro. Expone sus celos hacia  otra chica, alude a una serie de prácticas en el centro de baile. Pregunta los filtros fotográficos más recomendables para colar el estribillo “Deja que me tome una selfie”. 

Se queja de la escasez de “me gusta”, acusa a otra de comprar seguidores para la red social de fotografías. Todos los elementos de la práctica de la autofoto, lo particular de no cantar sino conversar con autenticidad y un video elaborado con selfis a partir de una convocatoria por internet hicieron de esta pieza una de las más memorables asociadas con el año extinguido.

La selfi es una práctica social pujante que llevó primero a la RAE a reconocerla; después a Fundeu a ubicarla como palabra del año. Es la forma en que la lengua se enriquece y evoluciona.

Fotografía: Slawada