Fotografía: Alex Mucci |
DAVID TOVILLAHay días en que la vorágine citadina cesa. El ritmo disminuye. No hay mucho por hacer al ser días feriados. Lejos de tumultos, calores y contratiempos, la quietud invita a leer. Y en específico a releer. En algunas ocasiones, hay que tomar la decisión de volver a aquellos libros que han dejado algo.
Nuevas lecturas con mayor experiencia de vida dejará mejor comprensión. En otro número, se recordaba que Octavio Paz desconfió de quienes no acostumbran releer y, en cambio, leen muchos libros. Hay que leer bien y muchas veces unos cuantos libros, recomendaba. Carlos Fuentes se ufanaba de releer Don Quijote de la Mancha todos los años.
Uno de esos libros para la relectura es Antimanual del sexo de Valérie Tasso. La escritora francesa se dio a conocer, en 2003, con un libro de gran impacto: Diario de una ninfómana. Tiene, en la actualidad, siete títulos pero la particularidad del Antimanual, publicado en 2008, es un bien articulado compendio de opiniones sobre prejuicios, lugares comunes, creencias equívocas sobre el ejercicio de la sexualidad.
La gran virtud de Valérie Tasso es dar una perspectiva contraria. Oponerse con argumentos bien establecidos a toda esa palabrería contemporánea. En la revista El País Semanal del 29 de marzo de 2015, se publica una entrevista a Umberto Eco.
Leer, hoy, a Eco y releer las líneas, de 2008, de Valérie muestran la solidez de su trabajo. En Antimanual del sexo, en el apartado sobre la creencia que “El sexo ya no es tabú”, apunta: “Es sabido que, en nuestros tiempos y en nuestra cultura, el problema no está en la cantidad de información, sino en su calidad. La opinión, que no el conocimiento, se ha “democratizado”.
Las novedades editoriales siempre atrapan. La actualización permanente no puede ser un defecto. Sin embargo, es difícil seguir el ritmo de producción. El programa de lectura personal suele modificarse sobre la marcha pero lo importante es tener uno. Saber a dónde quiere dirigirse, aunque se diversifique: la historia, la ciencia, la literatura, el erotismo. Ahí, combinar de repente alguna relectura.
Fotografía: Alex Mucci |
Uno de esos libros para la relectura es Antimanual del sexo de Valérie Tasso. La escritora francesa se dio a conocer, en 2003, con un libro de gran impacto: Diario de una ninfómana. Tiene, en la actualidad, siete títulos pero la particularidad del Antimanual, publicado en 2008, es un bien articulado compendio de opiniones sobre prejuicios, lugares comunes, creencias equívocas sobre el ejercicio de la sexualidad.
Valérie les llama: tópicos para desmontar. El volumen es una grata sorpresa porque por la magnitud del éxito de sus tramas narrativas, se pensaría que la pluma de Tasso sólo daba para eso. Sin embargo, este libro presenta un conjunto de cuarenta y siete ensayos breves en los que refleja idea, actitud y propuesta.
El planteamiento central es que todas esas frases en el ambiente constituyen un discurso normativo del sexo que se repite, transmite, fomenta hasta de manera inercial. “Sabemos del sexo más que antes”, “El sexo completo acaba en el orgasmo”, “La mayoría de las mujeres prefieren el sexo con amor”, “El que recurre a la prostitución es porque le falta algo en casa”, “El kama sutra sirve para aprender posturas para el coito”, por mencionar algunas, funcionan para “normalizar” determinada idea de la sexualidad.
Fotografía: Alex Mucci |
La gran virtud de Valérie Tasso es dar una perspectiva contraria. Oponerse con argumentos bien establecidos a toda esa palabrería contemporánea. En la revista El País Semanal del 29 de marzo de 2015, se publica una entrevista a Umberto Eco.
En ella, el filólogo dice que ante el cambio de dinámica de la información generada por el internet, el periodismo debiera ser el contrapeso del mundo falso, desvirtuado por la red “Internet puede haber tomado el puesto del periodismo malo… Si sabes que estás leyendo un periódico como El país, La República, Il Corriere della Sera…, puedes pensar que existe un cierto control de la noticia y te fías.
En cambio, si lees un periódico como aquellos ingleses de la tarde, sensacionalistas, no te fías. Con Internet ocurre al contrario: te fías de todo porque no sabes diferenciar la fuente acreditada de la disparatada.
Piense tan solo en el éxito que tiene en Internet cualquier página web que hable de complots o que se inventen historias absurdas: tienen un increíble seguimiento, de navegadores y de personas importantes que se las toman en serio”. Por lo tanto, hoy, la misión no está en competir o reproducir lo que ya está por todos lados. Lo importante es dirimir la veracidad o no de algo. Eso hace Tasso: contradecir la visión masiva pero no cualitativa de la sexualidad.
Fotografía: Alex Mucci |
Leer, hoy, a Eco y releer las líneas, de 2008, de Valérie muestran la solidez de su trabajo. En Antimanual del sexo, en el apartado sobre la creencia que “El sexo ya no es tabú”, apunta: “Es sabido que, en nuestros tiempos y en nuestra cultura, el problema no está en la cantidad de información, sino en su calidad. La opinión, que no el conocimiento, se ha “democratizado”.
Cualquiera puede manifestarse, cualquiera puede copiar a cualquiera y manifestarse a su vez. Internet, una verdadera revolución social llena de logros y altruismos, es también una biblioteca infinita sin bibliotecario en la que las verdades y las mentiras se difunden sin más canon que el número de visitas, sin más éxito que el número de veces que algo se repite, haciendo que el valor de la información resida en su volumen y no en su contenido”. Y en ese mar “hoy en día, hablar de sexo ha dejado de ser un tabú, a cambio de que el tabú sea el propio sexo”. Enorme. Las grandes palabras no están tan sólo en las novedades ni en lo cuantitativo: suele estar en lo alternativo.
Publicado en Revista 10. Número 276
Fotografía: Alex Mucci |
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