|
Fotografía: Atoshh |
2015 dejará la publicación de un libro muy recomendable: El motel de los antojos prohibidos, de Verónica Maza Bustamante. En México no se producen muchos textos de investigación, sólidos, fundamentados, actualizados, con el interés en la difusión más que en la ostentación de la temática erótica. Éste es uno de esos que no abundan.
La gran virtud de El motel… de Verónica es que evitó los temas trillados. Sí: no compite con nadie. No es narrativa, tampoco un ensayo académico. Se trata de una indagación propia, producto de una dinámica periodística que le permitió elegir los tópicos. A partir de ahí, investigó con suficiencia y profundidad hasta unos días antes de la publicación, para generar un libro audaz, propositivo, vivencial, señero.
|
Fotografía: Atoshh |
Lo más importante es la actitud. Maza Bustamante plantea la mejor pero menos extendida noción de erotismo: que es parte de la vida y está relacionado con el espíritu para comprender, compartir, sentir y estimular el interior.
Es decir, la vivencia erótica no se limita a la unión física sino a todo aquello que se pone en juego en el instante en que una pareja confluye. El erotismo es una capacidad y como tal vive dentro, se desarrolla o ejercita y expresa para hacer posible encuentros intensos, memorables.
|
Fotografía: Atoshh |
Maza Bustamante tuvo el acierto de asignar sus primeras cincuenta páginas a una exhaustiva revisión histórica, sin ser aburrida, de cómo las sociedades han asumido el ejercicio de su sexualidad. Señala aquellos factores políticos, religiosos, culturales que han incidido en el conducta social hacia el sexo.
A partir de ello, ratifica que no existen comportamientos “buenos o malos”, “adecuados o inadecuados”, “sano o insano”, “normales o anormales”. Concluye en denominar a todos los hechos sexuales como “manifestaciones de la diversidad erótica y sexual”.
La autora de El motel… impulsa así, también, elementos de educación necesarios para una visión más fresca, abierta, contemporánea. Segura, afirma: “En mi práctica clínica, he explorado estas prácticas y he encontrado que toda la población, en mayor o menor medida, ejercemos diferentes de estas manifestaciones, lo cual me hace corroborar que no estamos frente a patologías”.
|
Fotografía: Atoshh |
En seguida el desarrollo del libro, se realiza en veintiún capítulos cada uno con una práctica sexual. Es como un asomo a cada puerta, de las instalaciones de un motel y atestiguar esa manifestación específica.
Mosaico o muestrario, Verónica Maza sólo emplea el nombre “clínico” de ellas, pero su exposición es una conversación amena, con ejemplos y referencias a la mano, conocidas, recordadas. Información actualizada como no debe existir, por ahora, algo similar.
|
Fotografía: Atoshh |
Dentro de las manifestaciones de la diversidad erótica y sexual, El motel… incluye: ese mundo de la vellocidad: acomoclitismo; el gusto por la abundancia corporal: anastimafilia; el sexo casual: dogging. Maza Bustamante indica que escogió esas veintiún expresiones porque ocurren en la realidad mexicana.
Llama la atención, por ejemplo, un apunte sobre el microgenitalismo: “Algunas chicas reconocen que los mejores encuentros eróticos de sus vidas los han tenido con miembros pequeños, que adoran succionarlos porque no les generan arcadas, son más fáciles de manipular, brindan la alegría de sentir que lo tienen completito en la boca y sus poseedores son los mejores en las artes orales y manuales, muy agradecidos cuando ellas saben atenderlos sin enfatizar en sus características”.
|
Fotografía: Atoshh |
El motel de los antojos prohibidos de Verónica Maza es la opción para el regalo bibliográfico de estas fechas. Lo es, con una brillante filosofía de la autora: “lo realmente trascendente es entregarnos al otro teniendo como únicos límites aquello que salga de lo sano, lo seguro y lo consensuado.
Se trata de vivenciar la piel. Explorar todos los sentidos. Hacer uso de lo que nos brinda el entorno y de nuestros anhelos más profundos”. Un libro para contribuir a forjar mejores seres humanos, más plenos, menos prejuiciados y, en consecuencia, una mejor sociedad. En esta época de las mejores intenciones…
|
Fotografía: Atoshh |
Conexiones