Persona humana

Fotografía: Siednji Leon

DAVID SANTIAGO TOVILLA

10. Revista Número 331

"Los males que aquejan a las sociedades modernas son políticos y económicos pero asimismo son morales y espirituales. Unos y otros amenazan al fundamento de nuestras sociedades: la idea de Persona humana . Esta idea ha sido la fuente de las libertades políticas e intelectuales; asimismo, la creadora de una de las grandes invenciones humanas: el amor" es la conclusión de Octavio Paz en su antepenúltimo libro La llama doble.
El Diccionario Filosófico. Manual de materialismo filosófico de Pelayo García Sierra dice respecto al término: "Persona humana añade algo no sólo a persona sino también a humano. El hombre recibe una determinación importante cuando se le considera como persona así como la persona recibe una determinación no menos importante cuando se la considera como humana. 

"Por tanto, no es lo mismo hombre que persona, como tampoco es lo mismo hombre que ciudadano. Hombre es un término más genérico o indeterminado, que linda con el «mundo zoológico» (decimos hombre de las cavernas pero sería ridículo decir persona de las cavernas); «persona» es un término más específico que tiene que ver con el «mundo civilizado» o, si se prefiere, con la constelación de los valores morales, éticos o Jurídicos propios de este mundo ".

La conclusión de Paz resuena ante los acontecimientos cotidianos. Las inercias, las necesidades, la degradación de la vida en todos los órdenes desplaza a las reflexiones de fondo. La discusión desatada por el video del cantante mexicano Gerardo Ortiz,  que ponderaba un feminicidio llevó a su retiro de Youtube. Sin embargo, ese objetivo conseguido queda hasta ahí. 

Aunque no lo trasladen a un material audiovisual, muchas de las canciones de la música ahora en boga en México tienden a todo lo contrario de inculcar amor, respeto, solidaridad, tolerancia, misericordia. Es decir, la cotidianidad musical envuelve a la sociedad en el encono, el odio, la venganza, la soberbia. Al retirar el video se puso fin a la promoción de un acto delictivo. Pero no forma parte de un cambio de ruta, de un replanteamiento profundo que lleve a la necesaria recuperación de la condición de personas humanas; de restituir el trato hacia los otros, hombres y mujeres, con calidad humana.

Es difícil en un panorama como el actual en donde coexisten realidades polarizadas: protagonistas políticos que pueden permanecer en una burbuja mientras la población vive la más inusitada circunstancia de apuros económicos. 

Al deterioro material se suma la decadencia espiritual. Lo que prevalece en el contexto vigente son las acciones opuestas: lucro frente a sobrevivencia; iniquidad versus carencias; esquizofrenia contra privaciones. Lenguajes disentidos porque las percepciones contrastantes.

Por eso, frente a todas esas noticias recurrentes que hablan del reinado de la miseria moral y espiritual, hay que oponer el pensamiento que lleve a la resurrección de la persona humana.