Insalubridad ambiental

Fotografía:  OCG Saving The Ocean

DAVID SANTIAGO TOVILLA

Revista 10. Número 333

En materia ambiental, en México, 2016 se ha caracterizado por las declaraciones de contingencia en la capital del país. Ha sido noticia la mala calidad del aire que llega hasta casi el doble de la norma. 

A pesar de la estridencia del tema, no hay que verle de manera aislada, como un tema particular del país. La realidad es que, hoy, el impacto del medio ambiente en la salud es letal. El veintitrés por ciento de las muertes en el mundo están relacionadas con el ambiente. 

El dato representa unos doce millones y medio de muertes al año. Son cifras del informe Ambientes saludables y prevención de enfermedades: Hacia una estimación de la carga de morbilidad atribuible al medio ambiente, divulgado por Organización Mundial de la Salud, el pasado 15 de Marzo.

El hecho terrible es que casi la cuarta parte de las muertes en el mundo están asociadas con factores ambientales. Ya se sabe que, la perspectiva de la medicina evolucionó y, en la actualidad, para la presencia o ausencia de salud se considera la llamada “triada ecológica”: huésped, agente y medio ambiente. 

Cualquier desequilibrio entre ellos lleva a la enfermedad. Pero resulta que en el mundo de hoy la característica dominante es la permanente afectación al equilibrio ecológico. Por eso, el informe de la OMS señala que las enfermedades no transmisibles, constituyen actualmente casi dos terceras partes del total de muertes debidas la insalubridad del medio ambiente. 

En la revisión de cien categorías, destacan: primer lugar, accidentes cerebrovasculares (infarto, derrame cerebral); segundo: cardiopatía isquémica (arterias coronarias); tercero: traumatismos involuntarios (por ejemplo, muertes por accidente de tránsito); cuarto: cánceres; y quinto: enfermedades respiratorias crónicas.

No hay manera de escapar. El documento de la máxima autoridad sanitaria en el mundo indica que la exposición de las personas ocurre en el hogar, el lugar de trabajo y la comunidad. 

Esto hace recordar el magnífico diagnóstico incluido por el Papa Francisco en su Encíclica Laudato Si, relativa a la problemática ambiental actual: “Existen formas de contaminación que afectan cotidianamente a las personas. La exposición a los contaminantes atmosféricos produce un amplio espectro de efectos sobre la salud, especialmente de los más pobres, provocando millones de muertes prematuras. Se enferman, por ejemplo, a causa de la inhalación de elevados niveles de humo que procede de los combustibles que utilizan para cocinar o para calentarse. A ello se suma la contaminación que afecta a todos, debida al transporte, al humo de la industria, a los depósitos de sustancias que contribuyen a la acidificación del suelo y del agua, a los fertilizantes, insecticidas, fungicidas, controladores de malezas y agrotóxicos en general. 

"La tecnología que, ligada a las finanzas, pretende ser la única solución de los problemas, de hecho suele ser incapaz de ver el misterio de las múltiples relaciones que existen entre las cosas, y por eso a veces resuelve un problema creando otros. Hay que considerar también la contaminación producida por los residuos, incluyendo los desechos peligrosos presentes en distintos ambientes. Se producen cientos de millones de toneladas de residuos por año, muchos de ellos no biodegradables: residuos domiciliarios y comerciales, residuos de demolición, residuos clínicos, electrónicos e industriales, residuos altamente tóxicos y radioactivos. 

"La tierra, nuestra casa, parece convertirse cada vez más en un inmenso depósito de porquería. En muchos lugares del planeta, los ancianos añoran los paisajes de otros tiempos, que ahora se ven inundados de basura. Tanto los residuos industriales como los productos químicos utilizados en las ciudades y en el agro pueden producir un efecto de bioacumulación en los organismos de los pobladores de zonas cercanas, que ocurre aun cuando el nivel de presencia de un elemento tóxico en un lugar sea bajo. Muchas veces se toman medidas sólo cuando se han producido efectos irreversibles para la salud de las personas.”

La insalubridad ambiental afecta a todos y es corresponsabilidad colectiva. La alarma, por ahora, está en la ciudad de México. Sin embargo, los incendios de miles de hectáreas, en diversas partes de la república mexicana, generan una considerable dosis de contaminantes que contribuyen al cambio climático general. Nada está aislado.