Un 12 de junio se estrenó Deep Throat, pelÃcula mejor conocida como Garganta profunda. La pelÃcula fue el gran suceso cinematográfico de 1972. Hasta ahora, se mantiene como la máxima referencia de las pelÃculas sexuales.
No hace mucho, en una conferencia magistral, en una universidad, una persona cuestionó considerarla como una pelÃcula de culto, básica, en el decálogo de cine erótico. Al invitar al auditorio a levantar la mano para expresar quiénes la habÃan visto, nadie lo habÃa hecho, ni siquiera el cuestionador. La respuesta fue: ¿Cómo es posible calificar o descalificar un material sin siquiera haberlo visto?
Se ha calificado a Deep Throat como el primer gran filme sexual del siglo XX. Dentro de sus méritos debe señalarse, en primer lugar, hay que señalar que se trata de una pelÃcula. Se estrenó, fue concebida y procesada con herramientas y recursos cinematográficos.
Su proyección, por tanto, no fue marginal: se exhibió con normalidad en las salas y congregó a miles de asistentes. La última cuantificación señala novecientos mil espectadores. Esto establece una diferencia fundamental con las producciones sexuales actuales cuyo principal medio de consumo es el internet y los soportes digitales.
Si bien su temática es sexual y a pesar de las décadas que separan de su estreno, se aprecia en ella: un guion, un trabajo fotográfico y hasta una cuidadosa musicalización. La música es de los factores de estructuración que le dan solidez al filme. Con fortalezas cinematográficas, también refleja su realización simple: de presupuesto limitadÃsimo y con un trabajo de filmación de un poco más de una semana.
Pero Deep Throat es más que un rutinario filme porno. Su mensaje fue revolucionario para su tiempo y reivindicatorio hasta la fecha. Linda Lovelace y su amiga Helen (Dolly Sharp) tienen resuelto el problema económico. Son atractivas y galanes no les faltan. Sin embargo, algo está incompleto. Al principio de la cinta, en una conversación, ambas hacen una definición. Linda dice: “El sexo tiene que ser algo más que un cosquilleo agradable. TendrÃa que oÃr campanas, cohetes silbando, juegos artificiales”.
Helen corresponde: “Follar es más que un mete y saca”. La apuesta, entonces, será por alcanzar la plena sexualidad femenina: el orgasmo. Un tema con total vigencia que llevó, a instituir el 31 de julio como DÃa Internacional del Orgasmo Femenino, desde el año 2005. Su objetivo es vencer la estadÃstica difundida hasta esa fecha: en Estados Unidos una de cada dos mujeres no llega a la culminación; en México, el ochenta por ciento no alcanza el clÃmax.
De esta forma, Deep Throat articula y desarrolla toda su trama con un discurso verÃdico: señala la insatisfacción femenina, plantea un problema y su solución para tener seres humanos completos y plenos, propone otras formas de placer más allá del simple encuentro del pene y la vagina. ¿Acaso esos temas planteados por el director Gerard Damiano, en 1972, no han continuado casi en sus mismos términos hasta el siglo XXI?
En un aniversario más de Deep Throat, hay que vencer los prejuicios y verla. Es, sin la menor duda, un clásico cinematográfico obligado.
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