“Cosmografía del espacio multiforme” de Erika Euán


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Lo común es habitar un espacio. Lo diferente es pensarlo, precisarlo, conocerlo, proyectarlo. Muchas veces no se sabe cuál es el lugar propio; pero sí se tiene claro cuál no lo es. ¿Importa de dónde se llega? No, lo trascendente es lo hecho en el ahora. Siempre el presente porque es la vida. El pasado es recuerdo, el futuro: esperanza. 

Vivir se asocia a un sitio, una zona. Aún, en ese territorio conocido, en ocasiones, hay que levantar la mirada. Otras formas, otros espacios, otras vidas. Como lo hizo Erika Euán para articular Cosmografía del espacio multiforme. Levantó la vista para hacer del universo su gran lienzo. Hizo trazos con la observación. Capturó fragmentos. Generó momentos, sensaciones y vínculos que se exponen en el Museo Fernando García Ponce-MACAY.

Erika Euán propone, dialoga; cada espectador responde o encuentra más preguntas.


En el “Mapeo estelar” ¿es la historia personal? ¿La ida y vuelta de un mismo personaje? ¿Es una sola o es la coexistencia de varias experiencias? ¿Son ideas de una arquitectura mental? ¿Cómo hacer tangible lo infinito, medible lo inconmensurable? ¿Rodadas del corazón?


El “Centro gravitacional” alienta el ensayo: ¿Caminar hacia dentro o afuera? ¿Aproximarse muchas veces? ¿Persistir es un destino? ¿Persistencia o repetición? ¿Búsqueda del centro propio? ¿Indagaciones que tienen un mismo camino sin que logre advertirse esa condición? ¿El recorrido del tacto por el rostro de él o ella?


En la “Reflexión vulcana”: ¿Qué color invade al otro? ¿Quién resiste? ¿Quién avanza? ¿Un sexo femenino? ¿Vestigios? ¿Principios? ¿Finales? ¿Equilibrios? ¿Cuál es el mejor instante para detenerse? ¿Igualdad en la singularidad? ¿Descubrimiento? ¿Cobertura? ¿Amantes en sosiego? ¿La esperanza puede tener una forma pictórica?


“Whirlpool”: Sí, ¿el ciclo de la vida misma? ¿Un pozo para desechar las penas? ¿Un túnel para cruzar sin miradas indiscretas? ¿Una hoguera liberadora? ¿La prisión personal en la que se vuelve una y otra vez a hacer lo mismo, aunque sean otras las circunstancias? ¿La oquedad que nos absorbe?



Treinta grabados centrados en la polisemia. Tres instalaciones extraordinarias en las que Erika Euán muestra su manejo del color. Trabajos para prolongar la examinación propia en el espacio que no se suele reconocer su relatividad. Cuadros que van de la mirada al pensamiento, de lo usual a la rareza, del arte a la vida.

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