“Los chingones”


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Para esta fecha, las alusiones al fallecimiento del caricaturista Rius abundaron y hasta se extinguieron. Hay algo fuera de esa abundancia y que debiera estudiarse en todas los posgrados de publicidad. Eduardo del Río también colocó su aportación en la historia de los afiches o pósteres políticos mexicanos. Se trata del cartel conocido, en su tiempo, como “los chingones”.
En aquellos tiempos en que la propaganda política se pegaba con brigadas aprovisionadas con cubetas de engrudo, los brigadistas alternaban algunos pósteres. Así que, de manera genérica, denominaban con una palabra el material a colocar.

El cartel de Rius recupera la sencillez y facilidad de impresión propia de la llamada “gráfica del 68”, aquellos materiales que se podían reproducir en serigrafía. Por tanto, es blanco y negro sobre un fondo rojo. Al centro, un personaje clásico de su proclamada serie Los supermachos: Chon Prieto”. Lo flanquean dos perros, se percibe, callejeros. 

Prieto dice: “Hace un chingo de años, los indios éramos bien chingones… ¡Cuauhtémoc era el gran chingón! Pero llegaron un chingo de gachupines y los muy hijos de la chingada hicieron mil chingaderas y chingaron a los indios… ¡Y nos llevó a todos la chingada! Los “chuchos” completan “…y para que no nos sigan chingando…” “Afiliémonos al Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT)”. Lenguaje claro, popular, contundente que ocupa la mitad del espacio propagandístico. Fue el cartel de la campaña de del PMT. Memorable. Irrepetible. 

“Los chingones” materializa el sentido del trabajo de comunicación política. Si bien el paso a la afiliación a un partido ya es otra cosa, el póster tiene el lenguaje de la gente, contundencia, recordación, originalidad.

¿Por qué el apoyo de Rius a un partido nacionalista? Porque era de quienes no apoyaban a las filiaciones autoritarias, aún fueran de izquierda. El monero apoyó a una corriente progresista que buscó cómo hacer política por la vía legal, después del traumático movimiento estudiantil de 1968. Y ese fue el Partido Mexicano de los Trabajadores, cuya idea inicial reunió al movimiento social en México y a la intelectualidad.

Poco se recuerda y se difunde porque así conviene a los intereses particulares, pero años posteriores a la masacre de Tlatelolco y ya en libertad los principales líderes, surgió la necesidad de organizarse en un partido político. No como hoy que hay hasta dueño dude un partido existe y surgió en exclusiva para hacerlo candidato. Resulta que en esa convocatoria inicial participaron talentos como Octavio Paz. El propio Nobel de literatura mexicano da cuenta de esto en una entrevista con Rita Guibert, en Nueva York, el 10 de enero de 1971:

“R.G.: ¿Ya han formado el partido?

“O.P.: Todavía no. Lo estamos organizando.

“R.G.: ¿Quiénes son los que están participando?

“O.P.: Uno es Heberto Castillo, profesor de matemáticas que estuvo preso por haber simpatizado con el movimiento estudiantil del 68. Es uno de los hombres más inteligentes y de mejor corazón que he conocido. Otro es Cabeza de Vaca, un líder estudiantil que conoce muy bien a los campesinos. Muy cerca de nosotros está Vallejo, un líder ferroviario que ha estado en la cárcel por mucho tiempo, un hombre ejemplar que ha estado en la cárcel por mucho tiempo, un hombre ejemplar que ha dirigido a la clase obrera y que es una cabeza lúcida. Y hay otras fuerzas dispersas que tal vez podrían unirse a nosotros, como los obreros electricistas. En general, queremos crear una alianza popular: obreros campesinos, clase media, intelectuales, estudiantes.

“R.G.: ¿Será un partido electoral?

“O.P.: No. Por el momento no será un partido electoral ni queremos hacer política electoral. Queremos activar el nivel del sindicato, municipio, las formas sociales básicas. Vamos a la realidad con un mínimo de ideología. En general, en México los partidos han sido formados por un pequeño grupo, con un programa que han tratado de imponer de arriba para abajo. Nuestra idea es proceder en forma contraria.

“R.G.: ¿Por qué?

“O.P.: Porque creemos que atravesamos por una época de crisis de las ideologías. Creemos que el “socialismo” de tipo ceramista y burocrático ha fracasado, lo mismo que la democracia parlamentaria burguesa. Por eso queremos encontrar nuevas formas de relación democrática que correspondan a las realidades del país. Queremos ser realistas y partimos de la idea de que los programas políticos son para servir a la gente y no para que la gente sirva a los programas políticos. En la Unión Soviética la gente está al servicio del plan, y nosotros creemos que el plan debe estar al servicio de la gente. Esto significa que tenemos una actitud crítica frente a los modelos de desarrollo que nos ofrecen el neocapitalismo del Oeste, principalmente los Estados Unidos, y el “socialismo” burocrático de la Unión Soviética. Éste es, al menos, mi modo de pensar y el de muchos amigos.

“R.G.: ¿Qué es lo que están haciendo ahora?

“O.P: En este momento pasamos por un periodo de investigación. Queremos saber: 1) si el pueblo quiere que exista un partido y 2) cómo quiere que exista ese partido. De esa primera consulta popular, de esa realidad mexicana, surgirá un programa. Pienso que sobre todo en el primer momento de ese programa va a operar en el nivel más elemental: el de los sindicatos obreros, y las organizaciones de los campesinos y de la clase media. Todas esas organizaciones están controladas por la burocracia política del PRI, de modo que el primer punto de nuestro programa y de nuestra acción será el de la democracia interna y la libertad en las uniones populares obreras y campesinas. Creo además que es fundamental romper con el centralismo mexicano, ya sea el político o el de los monopolios económicos.

“R.G.:¿Quiénes son los enemigos de ese partido?

“O.P.: En primer lugar, el partido oficial, y con él toda la derecha, es decir el PRI. El PRI quisiera poder absorbernos pero no ha podido. También están en contra nuestra los partidos de izquierda tradicionales, como el Partido Comunista Mexicano.”

La memoria es importante para ubicar procesos, personajes, circunstancias, trayectorias, aportes como el de Rius.