¿POR qué NO? es un ensayo sobre la pornografía en el contexto del mundo actual.
¿POR qué NO? da cuenta de la omnipresencia de porno. Está en todos lados y se presenta ante sus consumidores aún sin buscarlo: “El porno está en los ojos de todos, pero en la boca de pocos. Nadie pensó el lugar que tendría la pornografía en la época actual. Su presencia es de tal magnitud que no es exagerado postular al siglo XXI como el tiempo de la pornografía, en tanto referente cultural. No obstante, su sola mención continúa como una palabra incómoda. En esta, su época, también es oportuno contribuir a combatir la hipocresía hacia ella” expone David Tovilla.
El escritor explica que la actitud hacia el porno es más social que un convencimiento real: “Su sola mención es reprobable como pocas, por lo que nadie quiere tener ningún vínculo público con lo pornográfico. Sin embargo, su consumo cotidiano es desaforado. Por fortuna, la revolución tecnológica está acompañada de su medición y, ahora, es posible conocer qué, quién, dónde, cuándo, a través de qué se consume pornografía”.
Dividido en ocho capítulos, el ensayo de David Tovilla aborda: “Siglo XXI, tiempo del porno”, “Erotismo y pornografía”, “Pornografía e Industria”, “Pornografía y delitos”, “Consumo porno”, “¿Cuál pornografía?”, “Exploraciones genitales” y “¿Por qué no?”
David Tovilla indica que es necesario tomar conciencia de que la pornografía es una realidad tangible: “Un dato reciente habla de que la visualización del contenido para adultos, ahora, ocurre en promedio a los doce años y, en algunos casos, a los nueve a través del teléfono móvil. Pero si los mayores no saben qué hacer frente al porno, menos podrán ser guías frente a los menores expuestos a la fiebre consumista actual. El celular no sólo es la principal fuente de pornografía para los chicos: se ha convertido en la ventana omnipresente para el consumo porno por los mayores”.
Dentro de las recomendaciones que el autor de ¿POR qué NO? emite, están: “No hay que temerle a la pornografía , en lugar de eso hay que orientar”. “Es una realidad que amerita hablarla con franqueza”. “Hay que renunciar a su veto automático e hipócrita porque México está dentro de la docena de países con mayor consumo de pornografía”. “Calificar algo como pornografía implica adjudicarle una carga negativa al término”. “Un paso es llamar a los productos por lo que son: en lugar de videos pornos, denominarlos videos sexuales, así, sin connotaciones”.
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