Porqué ver la película “Chicuarotes” de Gael García Bernal


DAVID SANTIAGO TOVILLA

  1. Chicuarotes es una cruda fotografía sobre la generación adolescente en México. Para lograr la visión más contundente, se sitúa en la franja social que vive en los suburbios.
  2. Como ha ocurrido, en diversos tiempos y lugares, es una cinta que perpetúa una realidad social. Se inscribe, por tanto, en la tradición de Los olvidados de Luis Buñuel, por algo dicha cinta fue catalogada como “Memoria del Mundo” por la UNESCO.
  3. Es congruente con los proyectos de Gael: ¿para qué una película más de evasión si todas las semanas hay montones en cartelera? Éste es un largometraje de reflexión.
  4. La desazón que invade al salir de la sala es porque se advierte que nada de la actual circunstancia de México se encamina a resolver la degradación humana que se observa en lo cotidiano. La cinta se estrenó el 28 de junio de 2019: un momento en que el país oscila entre voluntarismos, ocurrencias, manipulaciones, mentiras y un discurso machacón contra la corrupción de otros pero sigiloso para realizar sus propias bandideces.
  5. Aunque la mirada del cineasta acude a la ironía y el humor sólo es para subrayar lo paradójico de situaciones.
  6. Si bien la película sólo se ocupa de presentar una historia, centrada en dos personajes, lo principal es que constituye una alerta sobre la normalización de la violencia, el alcoholismo, el maltrato a la mujer y los menores, la ignorancia.
  7. Aún en ese contexto, hay quienes toman las decisiones que deben tomar con entereza y cuando deben tomarlas. La cinta hace énfasis de la determinación crucial de algunas mujeres.
  8. Es un señalamiento a los círculos que entrampan a todos porque hay un vacío de autoridad ocupada en cómo armar su clientela electoral para las siguientes elecciones nacionales.
  9. El desempeño profesional de la triada de adolescentes de los papeles principales es ejemplar.
  10. A México le urge detener todas sus caídas evidenciadas en Chicuarotes. Los errores colectivos deben enmendarse a la menor oportunidad.