Nicaragua en bucle

Fotografía: Itzel Chavarría

DAVID SANTIAGO TOVILLA

Es desolador lo que ocurre en Nicaragua. Ver cómo décadas de esfuerzo social por establecer una vida plena, se diluyen y vuelven al punto de partida. El país vive en bucle. La Real Academia Española en su Diccionario del estudiante, señala que «bucle» se usa, de manera figurada, para dar idea de un proceso que se repite indefinidamente.

 En Nicaragua, una familia se apropió del poder y lo mantuvo durante 45 años. Sesenta y cinco mil nigaragüenses entregaron su vida en el proceso de poner fin a una dictadura, en parte de esas décadas. La insurgencia popular triunfó para retirar del poder a los Somoza, quienes durante generaciones hicieron una mega fortuna.

 La dura realidad de pobreza llevó a los nicaragüenses a apoyar al Frente Sandinista de Liberación Nacional. La insurgencia popular triunfó en 1979. A partir de 1984, se realizaron elecciones.

 Desde entonces, Daniel Ortega, es el eterno candidato presidencial. Ganó en la primera elección. Perdió en las tres siguientes. Volvió a ganar en 2006. Lleva, ahora, tres periodos presidenciales y prepara su siguiente reelección en este 2021. Coincidente con sus permanentes candidaturas, Nicaragua ha vivido una involución política y democrática.

 Conforme el gobierno de Ortega adquiere el perfil de una dictadura, se han registrado: rupturas con las figuras históricas del movimiento popular; acusaciones de narcotráfico; masacre de pueblos indios; denuncia de violación y abuso sexual por su hijastra; una vigorosa movilización ciudadana que volvió a derramar sangre en las calles de Nicaragua.

 El reciente escándalo es que, como buen dictador, la vía más corta para ganar con anticipo la elección es encarcelar a todas las figuras de la oposición: cinco aspirantes presidenciales y trece dirigentes. En este grupo destaca la comandante Dora María Téllez, mujer clave para la victoria de los sandinistas en 1979 y recluida en las cárceles orteguistas desde el 15 de junio de 2021.

 Así, uno de los pueblos más pobres de América Central continúa en su pobreza y desamparo. Pusieron fin a una dictadura con una cara cuota de ciudadanos sacrificados y una violencia extrema para volver, en menos tiempo de lo que duraron los Somoza, a las manos de otra familia: los Ortega-Murillo, porque Daniel Ortega hizo vicepresidenta a su esposa Rosario Murillo, desde 2017.

 
Cualquiera que cruce por Nicaragua puede testimoniar la grave situación de pobreza de la población. Tantas luchas, epopeyas, historias, sacrificios, para terminar en la misma situación: sin libertad política ni esperanza económica. Es muy doloroso e indignante.