DAVID SANTIAGO TOVILLA
Cry Macho es la más reciente pelÃcula de Clint Eastwood. Congruente con sus cintas de los últimos tiempos, el actor y director promueve, también, una reflexión sobre las acciones humanas. El aporte buscado no reside en la trama en sÃ: el viaje de un ex vaquero estadounidense a México, con una misión.
Eso, más bien es el pretexto porque en realidad es una sucesión de miradas a la vida, la cultura, las relaciones. De tal modo que, al concluir el film, lo que prevalece en el espectador son las preguntas, no la pelÃcula en sÃ.
Es una serie de apuntes: el valor de la palabra y el compromiso; el cobro de favores, aunque no se tenga ya la plenitud de otro momento; la apariencia familiar y el trasfondo económico; la imagen de rebeldÃa y la necesidad de afecto. Perfiles opuestos: una madre que arrastra a su descendiente a sus vicios, frente a una de las muchas mujeres mexicanas que se convierten en el pilar de toda la familia, con determinación y valor.Y uno de los temas universales: el amor que, como bien dice Daniel Jones: es una decisión. Lo es porque la vida es una sucesión de decisiones. Llegamos a una edad acoplados en las disposiciones de otros. Un dÃa, ya no están. Entonces, sin remedio, hay que decidir. Permanecer o cambiar. Caminar o replegarse. Continuar un modo de vida o romper inercias. Existir en la costumbre o vivir en libertad. Es irremediable. Llega la obligación de decidir. Una situación pide una definición. No hacerlo también lo es. Para todos, en todo. Siempre hay encrucijadas. No hay edad, momento predeterminado…
Es probable que ésta la última o una de las últimas cintas protagonizadas por la leyenda Eastwood, de 91 años. En Cry Macho, en lo general se mantiene desenvuelto, pero hay movimientos que ya se le perciben pausado.
No es una pelÃcula imperdible, pero en semanas cuando la cartelera sólo mantiene vacuidades, Cry Macho encuentra un lugar.
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