“Dune” o la apuesta por las fórmulas


DAVID SANTIAGO TOVILLA

Se ha estrenado en cartelera la película Dune de Denis Villeneuve. Se presenta con formalidad como la primera de quien sabe cuántas partes. Y, sí, se ocupa de colocar el contexto general de la historia que abordará. 

Lo positivo es que se inscribe en las cintas que no acuden a la exageración o la inverosimilitud en la ficción para su desarrollo. Sin embargo, se percibe una congregación de fórmulas exitosas para cimentar esta nueva saga cinematográfica. A lo largo de Dune, desfilan los modelos del sustrato. Algunos de ellos:

Star Wars. Es evidente el aprendizaje del éxito de la creación de George Lucas: un producto que de para muchos episodios. La lucha, de nueva cuenta, es contra un imperio intergaláctico: los malos; los buenos, constituyen una resistencia que sobrevive, se organiza y actúa como ingeniosa guerrilla. Frases filosóficas sobre el poder mental humano están presentes.

  Matrix. Hay una profecía de un elegido. Él mismo no sabe que lo es. Hay dudas en su entorno y en quienes propagan la premonición de las capacidades de liderazgo del enviado. Tendrá que poner a prueba ante sí y los demás de sus habilidades y capacidades únicas.

El Señor de los Anillos. La personalidad del héroe de Dune remite a la de Frodo Bolsón: apacible, inexpresivo, ingenuo. Hay escenas en que la vestimenta oscura consolida más la semejanza física de ambos protagonistas.

Juego de tronos. Tal como ocurre en la serie de HBO, en la cinta los buenos pertenecen a una casa, con un animal que los representa. En la serie, fue la Casa Stark y su lobo icónico; acá es la Casa Atreides con un toro como símbolo.

Así, la película acude a fórmulas probadas con obvio resultado. No aburre. Hay rostros que llaman la atención como la actriz Zendaya que convoca a un segmento del público. Sin duda, tiene posibilidades para tener este y sus capítulos siguientes.