DAVID SANTIAGO TOVILLA
Por encima de todo está su voz y efusividad. Antes de que un instrumento suene o que las palabras empiecen a tener significado, ese sonido emanado de ella ya surte un efecto. Una melodÃa de Valeria Jasso empieza y el escucha se queda detenido, cautivado en un instante, por un virtuosismo inexplicable.
La voz de Valeria Jasso envuelve con variantes, entonaciones,
giros, pausas. La sensación percibida en el segundo quince de la pieza no es el
mismo que en el cincuenta y nueve. Hay una construcción vocal a lo largo de cada
canción. Y en ese trabajo involucra intensidad, expresividad. Hay melodÃas en
donde los acompañamientos instrumentales apenas se asoman, por fortuna, para
dejar que la majestuosidad de la voz se aprecie.
Porque la ejecución musical de Valeria Jasso no es una
interpretación lineal: que vaya con simpleza de un lado a otro. Tampoco alcanza
un tono conocido y se mantiene en él. Puede
empezar en un susurro, avanza hacia una declaración, se convierte en canto y
deriva en una exclamación. Algo poco visto y, sobre todo, con ese dominio que
lleva a constituir su estilo.
Esa exposición múltiple y potente de Valeria Jasso conecta, en consecuencia, de distintas maneras con el receptor. Ese sonido fascinante es como una sÃntesis de la expresión vocal actual y la herencia femenina de la cultura musical. Una agradable conmoción melodiosa que perdura tiempo después de la audición. Un efecto logrado en pocos casos.
Pero por si las virtudes en voz y realización no
fueran suficientes, Valeria Jasso suma algo más. Bien podrÃa interpretar a
otros, pero prefiere crear canciones para compartir vivencias…
De la capacidad personal de levantarse: «Voy
gritándole al viento que aquà estoy… Estoy cambiando de aire en mi misma ciudad».
Del otorgamiento de valor a la pareja, es decir, el
amor: «En tu miel todos los silencios me gustan y saben tan bien».
De la digna toma de conciencia en una relación: «Te has vuelto tan superficial. Tengo que alejarme ya».
Y qué decir de una hermosa pieza opuesta al terror cotidiano de las mujeres mexicanas: «¿Por qué tengo miedo de callar, guardar silencio? ¿Por qué arde fuego en mi paÃs y no es por gritos? ¿Por qué mi hermana ya no está? Si la he buscado hasta rogar. Sólo el viento sabe dónde ella está». Letra significativa desde una calidad sonora.
Asà que se acude a un verdadero hallazgo musical: una voz portentosa presta a demostrar sus múltiples capacidades tonales; letras plenas de humanidad que convocan a la identificación; acompañamiento instrumental de calidad, equilibrado, armónico, para escucharse una y otra vez con deleite.
Es el trabajo de Valeria
Jasso: hay que conocerle, compartirle y disfrutarle cuando sea posible, como
ocurrió con su reciente presentación en la vÃspera de la Noche Blanca, en el
Paseo de Montejo, en Mérida.
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