DAVID SANTIAGO TOVILLA
Barbieheimer se le denominó al simultáneo estreno de las pelÃculas de julio: Barbie de Greta Gerwig y Oppenheimer de Christopher Nolan. Una convocatoria difÃcil de desatender.
Aunque se generó expectativa ante las dos cintas, el número de funciones en el cine más próximo dan idea de la expectativa de taquilla: dieciséis para Barbie, la mitad subtitulada y ocho en español, desde las once de la mañana. Cuatro funciones vespertinas para Oppenheimer.
Sin duda, la más taquillera será Barbie, pero Oppenheimer irrumpe con una fuerza poco
comparable, para inscribirse en la carrera de la siguiente edición de los Premios
Óscar.
Para ello, la pelÃcula elude una simple narración
lineal. Alterna los episodios que son definidos por secuencias en blanco y
negro o color. Eso le da movilidad espaciotemporal. Esa sucesión incesante se
completa con la información de los diálogos; construyen una intriga que se
desea conocer y obliga a decodificar con exactitud cada lÃnea apuntada.
En medio de eso, se perfila el ser humano: las
habilidades intelectuales, los impulsos vengativos, las pasiones amorosas, las
afinidades con quienes luchan por la justicia, el cuestionamiento ético sobre
el asesinato con el pretexto de la paz, la ruindad para obtener poder.
Elementos que se dejan por doquier, porque tampoco
busca enjuiciar al personaje: lo presenta en toda su dimensión, sin construir
un héroe o un villano: es un cientÃfico que vivió en un momento histórico, en
determinadas circunstancias, con sus caracterÃsticas personales.
En esa extraordinaria confección de la tensión
narrativa, llega el nudo: la prueba de la primera bomba nuclear. En esta época
de inteligencia artificial lo más fácil pudo ser el empleo de programas de
cómputo. Sin embargo, Christopher Nolan recurrió a una recreación artesanal
para presentar en la pantalla con exactitud las imágenes testigo de aquella
primera explosión.
Ese momento de silencio, expectativa y angustia de los
participantes, con el mismo recorrido sincrónico de locaciones y rostros inscriben
ya a Oppenheimer en la historia del cine. No es el hecho conocido sino
cómo se relata desde un planteamiento cinematográfico.
A esto, hay que sumar las actuaciones de Cillian
Murphy como protagonista y Robert Downey Jr. como antagonista. Por la pulcritud
de su desempeño, ambos estarán en las nominaciones a conocerse en enero de
2024.
La otra pelÃcula estrenada al mismo tiempo es Barbie.
La fiebre desatada en torno suyo le convirtió en uno de los estrenos más
esperados. Se detonó el frente del comercio, pero de manera natural, empezaron
a fluir testimonios de la presencia de esa imagen en la vida de personas de distintas
generaciones.
Mas que una muñeca, Barbie es un ingrediente cultural
del siglo XX. De tal magnitud que hasta incide en las referencias sexuales. Una
de las modalidades de depilación femenina recibe su nombre y es la que elimina
toda vellosidad púbica.
También, los cirujanos plásticos de TurquÃa promueven
con éxito una operación de labioplastÃa denominada Vagina Barbie. El
doctor Ozgu
Keskin Yilmaz proporciona todos los pormenores:
«La apariencia plana, apretada y cerrada de la vagina,
que no se nota en la ropa, ha comenzado a llamarse asà entre la gente. ¿Cómo es
la vagina tipo Barbie? Los labios internos son cortos y rectos, no visibles
cuando se miran de frente, y se ve una parte delgada y muy pequeña del
clÃtoris. Los labios exteriores son planos, llenos y cubren otras estructuras.
La abertura de la vagina permanece completamente cerrada».
En consecuencia, hacer una pelÃcula en 2023 era un
gran reto. Muchos públicos, expectativas, intenciones. Por lo visto, la apuesta
nunca fue hacer una cinta de diversión pasajera y optaron por una producción diferente,
trascendente, acorde con el personaje.
El gran mérito es de Greta Gerwig, guionista y
directora. Ella ha mostrado a mujeres con todas sus facetas: alegrÃa, tristeza,
duda, errores, capacidades. Lo hizo en Lady Bird y Mujercitas,
ambos guiones nominados como el mejor, en la entrega de los premios Óscar de
sus respectivos años. Con Barbie vuelve a entregar a un personaje
pensado con detenimiento en todos sus detalles para entretener, conmover y
enseñar.
Con su amplitud de miras y mensajes Barbie será
lo que cada uno quiera.
Puede ser historia al incluir todos los datos del
producto estrella de Mattel, con humor e ingenio como las crÃticas a la mayorÃa
de los directivos masculinos en una empresa que confecciona un producto para
mujeres.
Es un gran promocional de marca: sÃ, al final de
cuentas es parte de un negocio lo que permitió la inversión para una pelÃcula
como la observada.
Es feminista al difundir entre el gran público la
necesidad de preguntarse sobre el patriarcado.
Es inconformista al cuestionar las rutinas cotidianas,
en un sistema dispuesto de tal modo que nadie piense, diga o haga lo que el
poder en turno disponga.
Es una invitación a pensar menos en el mundo ideal y
vivir más en real con sus hallazgos, complejidades y desafÃos diarios.
Es una voluntad de cambio ante todo asomo autoritario
al que se enfrenta con un esfuerzo colectivo, creatividad y convencimiento
individual.
Es una comedia, pero no una pelÃcula ordinaria: tiene
humor, mordacidad, genio.
AsÃ, el Barbieheimer deja algo a los
espectadores sin importar el orden en que se vean las cintas estrenadas.
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