Hace tiempo que la música electrónica se diversificó.
En la actualidad existen decenas de géneros y centenas de subgéneros. Ya no es
tan sencillo situar una pieza en una expresión. Distante quedó aquella idea de
una estructura rítmica básica o el simple juego de los sonidos de la batería:
bombo, caja y platillo.
Desde luego en esa variedad de formas aún existe el
gusto por la pureza del sonido electrónico. Sin embargo, ahora se escuchan
composiciones que se inscriben en la búsqueda de un planteamiento musical. Es
decir que, a partir de la incorporación de elementos al beat electrónico, pasan
de una tonada rítmica a una melodía movida y escuchable.
En esa búsqueda se inscriben los duetos que los DJ
impulsaron hace década y media. Fue la gran diferencia. Los dúos de Armin Van Buuren
renovaron el género trance. En su gira de 2008, para promover su disco Imagine,
incorporó a intérpretes a sus presentaciones. Es más, él y su mezcladora fueron
cubiertos con una enorme cortina blanca que sólo dejaba ver su silueta. Afuera,
el escenario lo ocupaban personajes como Jennifer René
o el guitarrista Eller Van Buuren.
El gran éxito de ese
álbum fue la canción Going Wrong, interpretada por Chris
Jones y en donde la intensa participación del británico se
reflejó en el disco de estudio y en los conciertos. Era algo novedoso: una
balada electrónica, sentida, expresiva.
Pero quien superó todo
con la fórmula de las voces acompañadas con la mezcla electrónica fue, tiempo
después, David
Guetta con la soprano Kelly Rowland.
La pieza ganó el Premio Grammy a la mejor grabación remezclada, no clásica, en
2010.
Y, en 2014, un éxito memorable que se llevó también el
Grammy fue la creación de Cedric Gervais
con la peculiar voz sonora de Lana del Rey:
Summertime Sadness.
La idea de una voz espectacular
con un acompañamiento electrónico volvió a encumbrar una melodía en 2021: Don´t
Be Shy de Tiësto
y Karol
G.
En esta pieza, las propiedades vocales de la colombiana se aprecian mucho mejor
que en sus canciones habituales. La combinación volvió a disparar los números.
Puede verse en Youtube: Guetta alcanzó 225, Gervais 174 y Tiësto 401 millones
de vistas.
Las voces revolucionaron
el género. En el último lustro, otros disyoqueis han explorado otra veta para
hacer de la electrónica una música apreciable. Ya no sólo es la incorporación
de la voz sino la inclusión de instrumentos, ritmos y cantos nativos de América
Latina. Ahí es donde se ha asociado el nombre de Martina Camargo.
Martina Camargo es una cantante heredera de la riqueza
cultural de la costa de Colombia. Da continuidad al folclore de su región natal
que reúne influencias africanas, europeas y bailes tradicionales. El trabajo musical
de Camargo es la confluencia de tradición oral, festividades populares, experiencias,
saberes y diversidad de ritmos e instrumentos.
El álbum más representativo de Martina Camargo es Canto,
palo y cuero. Con una alegría que se contagia, habla
de lo ordinario en las comunidades, sus relaciones y creencias. La primera
canción se llama El mohán, un ser mitológico, humanoide, deidad que
cuida las aguas. Canta: «Río, río, río, color plata te vea… Si el cuento fuera
real y el mohán se levantara nadie basura tirara porque el mohán se lo llevara…
Que sea como un paraíso, poblado de mucha fauna, el mohán estaría contento
porque nadie lo profana». Una exaltación vital, extraordinaria, desde la
música. Merece escucharse.
Otra canción fascinante
de Martina Camargo es Compadre Salvador. Una sucesión de elementos que logran
una vivencia. Transporta al lugar y el momento del canto. El bombo que se mantiene
como una base, la voz solista que marca el ritmo y la entrada de coros y palmas
de los danzantes. La alegría carnavalesca vertida en tres minutos gozosos.
De Canto, palo y cuero han surgido exitosas
composiciones de la música electrónica. La más conocida es Me robaste el
sueño que, en 2018, el DJ español Dennis
Cruz
convirtió en un himno hasta la fecha pautado en las radios especializadas del
planeta. Una combinación potente, distinguida, pulcra, apreciable. Vale la pena
escuchar la pieza original y después la composición de Cruz para asimilar que
él estudió, entendió y respetó la canción: le sumó arreglos para hacer una propuesta
única.
Qué deleite escuchar los
potentes bajos que siguen el ritmo original, con la voz y visión original de Camargo
«Qué linda la mariposa cuando acaricia las flores. La mujer que a mí me quiera
yo le pongo condiciones. A mí me decía mi madre: "no te vayas a casar y
dale las condiciones a esa culebra mapaná”. ¡Ay!, me robaste el sueño cuando me
dormí. Se pasó mi amante y yo no lo vi».
Desde su salida, la creación de Cruz y Camargo ha
tenido diversas adecuaciones por distintos DJs. Tan sólo en 2023, circulan las
versiones de Lucho Dee Jay y Natasha Figg, Bull Beats y Manu Rg, Hugel y
Cumbiafrica. Son producciones para el baile dance. Ninguna tiene la
personalidad y contundencia musical de la producción de Dennis Cruz.
En este año, otras
canciones de Martina Camargo se han llevado a versiones remezcladas. Castión
recrea El amor.
Gianluca Vacchi
musicaliza Sobrerito Blanco.
Yvvan Back y Simon Fava
lanzaron una versión de Guataqui nombrada como Se Danza:
Qué bueno que la música
electrónica contribuya a la difusión de Martina Camargo, una artista étnica de
gran energía, espíritu y trabajo.
Y mientras varios empiezan a andar los pasos de Dennis
Cruz, él cruza a la otra orilla musical a otro nivel con una tremenda pieza que
mezcla un vibrante saxofón, tambores rodantes, voz de animación y ritmo de
salsa: Una rumbita es su planteamiento 2023.
O bien, su divertida
versión de Llorarás, salsa original de Oscar D’ León… Después de traer a
una sin igual Martina Camargo electrónica, Dennis Cruz tiene permiso para eso y
más…
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