DAVID SANTIAGO TOVILLA
Fotografía: charlesdeluvio
Desde hace una década, el sitio Pornhub difunde al final de cada año las estadísticas del consumo de videos sexuales en el mundo. La novedad para 2023 es que México subió un lugar dentro de los primeros en el mundo en consumir audiovisuales genitales.En 2022, se comentó en este espacio la consolidación en el quinto lugar. Ahora, los mexicanos han ascendido al lugar cuatro y desbancado a Reino Unido. El año pasado, la cúspide de consumo porno fue: Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Japón y México. En 2023, los primeros sitios son para Estados Unidos, Filipinas, Francia y México; Reino Unido pasó a quinto y Japón a sexto.
Como siempre, Pornhub entrega un reporte a
detalle «para ver qué contenido definió los gustos del año».
Llama la atención una tendencia de la época: «Lo más
buscado de este año fue hentai, un término que ha experimentado una
mayor popularidad a lo largo de los años y ha mantenido el primer puesto durante
tres años consecutivos. Sólo en Estados Unidos, hentai fue el tercer
término más buscado del año. En 2014, fue el décimo término más buscado del
año. Este crecimiento constante se puede atribuir a una variedad de factores
diferentes.
»Nuestros estadísticos teorizan que factores como la
popularidad de videojuegos como Zelda: Tears of the Kingdom, que se
lanzó a principios de este año, además de Overwatch y Fortnite,
así como la popularidad mundial del anime, podrían tener algo que ver con este
crecimiento.
»En segundo lugar está milf: a los espectadores
les encanta ver a una mujer mayor sexy y empoderada que sabe lo que le gusta y
le gusta lo que hace. El término milf tiene constantemente una alta
calificación entre los términos más buscados del año, y a menudo se ubica entre
los cinco primeros. En 2022, fue el tercer término más buscado, lo que
significa que ha subido un lugar en 2023».
El estrellato de las artistas profesionales más
buscadas es, en ese orden: Abella
Danger, Angela White,
Eva Elfie, Lana Rhoades (ya retirada)
y Violet Myers. La
lista permanece casi inalterada en comparación con el año anterior; sólo la
última pasó del décimo sitio al quinto.
En tiempos cuando una ocupación es el modelaje sexual,
también se registra el éxito de chicas con un interés personal más que una
carrera profesional de pornstar. Ahí triunfan: Candy Love, Sweetie Fox, Porn Force, Jenny Lux y Yinyleon.
El estudio anual de Pornhub será siempre una
referencia ante una de las características de la época actual: la masificación de
los videos sexuales y su consumo creciente.
La revolución tecnológica que propició el acceso
universal a los videos genitales está acompañada de su medición y, ahora, es
posible conocer qué, quién, dónde, cuándo, a través de qué se consumen. Todo
ello está documentado en el 2023
Year in Review.
La actitud hacia el porno es más social que un
convencimiento real. Su sola mención es reprobable como pocas, por lo que nadie
quiere tener ningún vínculo público con lo pornográfico. Sin embargo, por lo
que se documenta, se realiza en la cotidianidad de manera desaforada.
El
tema está siempre sobre la mesa. Por eso, vale la pena retomar algo de las
reflexiones de la actriz sexual Stoya, en un artículo
de opinión para The New York Times:
«La pornografía no pretende ser un programa de
educación sexual. Tampoco dictar cuáles deben ser las prácticas sexuales o
convertirse en un manual de uso. La pornografía principalmente es
entretenimiento para adultos.
»El contexto le recuerda a la gente todas las cosas
que no ven en el producto final. Enfatiza que la pornografía es una actuación y
que, del mismo modo que sucede en el ballet o en la lucha libre profesional,
estamos participando en un espectáculo.
»No podemos depender de la pornografía para enseñar
empatía, la capacidad de leer el lenguaje corporal o cómo discutir los límites
sexuales, en especial cuando hablamos de jóvenes que nunca han tenido sexo.
»El porno nunca será un remplazo de la educación
sexual. Sin embargo, el porno tampoco va a desaparecer. Esto quiere decir que
debemos tomar una decisión. Podemos ignorar la realidad o podemos —además de
impulsar que los jóvenes tengan otra vez verdaderas clases sobre sexo—
enfrentar el trabajo de comprender el alcance que tiene el porno, evaluar qué
está funcionando y qué podemos juzgar como bueno en términos de calidad para
intentar construir una mejor industria y un entendimiento cultural del sexo. Yo
escojo intentarlo».
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